El juego en si es simplemente grotesco y no hace falta ni analizarlo,pero solo por su osadía y bizarra puesta en escena,merece un puesto en en el panteón de los juegos cafres,y mas de uno se echará un par de partidas para ver a cuantos fanáticos se puede llevar por delante antes de caer ante las infinitas hordas de beatos.
El juego en si es simplemente grotesco y no hace falta ni analizarlo,pero solo por su osadía y bizarra puesta en escena,merece un puesto en en el panteón de los juegos cafres,y mas de uno se echará un par de partidas para ver a cuantos fanáticos se puede llevar por delante antes de caer ante las infinitas hordas de beatos.