Soldados, todos y cada uno de Uds. saben del esfuerzo y las dificultades por las que hemos pasado,Llegar hasta aquí es bastante pero nunca suficiente,El enemigo espera y espera bien armado, señores…Son la esperanza de la América todos y cada uno de Uds. Lleva consigo lo más importante, la LibertadTrescientos años de masacre y barbarie tiñe nuestra tierra de sangre Pero hemos venido a decir basta; se acaboSoldados, se me quiebra el corazón al ver tantos guerreros dispuestosNuestros hijos y los hijos de nuestros hijos recordaran este momento con orgullo porque le dejaremos una tierra, digna de ser vividaDonde puedan sembrar, crecer y prosperar, libres de toda cadenaDonde cada hombre pueda decidir su destino, sin importar su color, su linaje, su procedenciay que carajoPorque todos somos iguales ante el supremo, así como somos iguales ante la muertePorque cualquier hijo de mujer merece ser libre de una vez y para siempre,Seamos libres que lo demás no importa nada¡Viva la patria!
Con estas palabras el Gral. Don José de San Martin “arengo” a sus soldados instantes previos a la batalla por Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Muchos de ellos sabían que lo que estaba en juego en ese momento era la libertad de los pueblos de Latinoamérica. La consigna era “matar” al enemigo o “morir” con gloria. No había medias tintas, ni lugar para “tibios o pusilánimes”. El momento decisivo era único e irrepetible, porque estaba en juego el destino de todos nosotros y para siempre. A veces la historia se repite irónicamente, tal vez, para hacernos ver y darnos cuenta, donde quedaron nuestras insípidas intenciones por lograr un cambio de rumbo que decidimos tomar la mayoría de los argentinos en octubre de 2015, con el objetivo de romper ese círculo vicioso que por tantas décadas nos ofrecieron como engaño, los gobiernos peronistas. Y este 11 de agosto, tuvimos las benditas P.A.S.O. que al fin y al cabo nunca cumplen con el mandato por las que fueron creadas: definir en forma abierta de una lista de pre-candidatos de cada partido, quien será el candidato a representarlo en las generales de octubre. Todo lo contrario a este esquema es la disputa de poder y guerra de egos que se desata en los políticos, donde termina poniéndose “a dedo” el representante que más posibilidades tiene de ganar, mejor si resulta en primera vuelta. Por lo tanto a mí, a vos, a todos, nos queda la cara pintada y la bronca por asistir “obligatoriamente” a un acto, donde la verdadera decisión de a quienes nos gustaría elegir libremente, queda frustrada con el agravante de tener que soportar semejante mal gasto del erario público.
No veo otro camino que volver a darle a Macri, a Vidal, a Larreta, otra oportunidad para que TODOS JUNTOS dejemos el pasado atrás. Porque el pasado atrasa, tiene olor a naftalina, sesga el pensamiento creativo y detiene el avance del progreso. Cada uno de nosotros, los que sabemos que ningún logro es posible sin sacrificio, debemos llevar el mensaje a aquellos que dudaron, a aquellos que flaquearon porque se quedaron sin fuerzas, sin fe. Se trata de hacerles entender que como en aquella épica de la batalla de Ayacucho, es a “matar o morir”; que el futuro de nuestros hijos y los hijos de ellos se juega aquí y ahora, para que el tránsito hacia el pináculo de nuestra historia que iniciaron nuestros próceres como Belgrano y San Martin con tanta lucha, sacrificio, sangre y lágrimas, por ver a la patria algún día, libre, pujante, soberana, transformada en el faro de luz que ilumina al mundo, no haya sido todo en vano