Estoy muy harto de las matemáticas,
materia que con el diablo pacta
con tal de ser la única ciencia exacta
e interrumpir interesantes pláticas.
Estoy harto yo de los rectángulos,
de las potencias y de las fracciones,
de las muy traicioneras ecuaciones,
de los círculos, de los triángulos.
Lo confieso, se agota mi paciencia
con las matemáticas puñeteras,
con tantos cubos y tantas esferas,
sólo con su inaceptable presencia.
Un planeta sin mates, utopía,
pues todas están muy mal inventadas.
¿Las matemáticas? Indeseadas,
endiablada y perversa brujería.