Mateo Bautista: Duelo por la muerte del amigo y de la amistad (Editorial Verbo Divino, Cochabamba, 2022

Por Joseantoniobenito

Mateo Bautista Duelo por la muerte del amigo y de la amistad (Editorial Verbo Divino, Cochabamba, 2022, 189 pp

Gracias, P. Mateo, por tan bello regalo en este tiempo de pandemia en el que tantos sufrimos por este desgarrón del alma ante la muerte del amigo. Y al ver el título recordé ¡cómo no! la entrañable sevillana: https://www.youtube.com/watch?v=5aBsaC2gYZI  

Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va y va dejando una huella que no se puede borrar.

No te vayas todavía, no te vayas, por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.

Un pañuelo de silencio a la hora de partir porque hay palabras que hieren y no se deben decir.

El barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar y cuando se va perdiendo que grande es la soledad

Ese vacío que deja el amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar

Comienza exponiendo el tema del que es un maestro, el duelo, compromiso sanador. A continuación nos brinda una antología de grandes relatos sobre la amistad: el de san Agustín en las "Confesiones" por la muerte de su amigo en temprana edad; el del "Poema de Gilgamesh" en el que el héroe sumerio llora la muerte de su amigo Enkido allá por el 2000 aC; el tercero, bíblico, 1000 aC, nos comparte la amistad del rey David y el príncipe Jonatán, muerto de modo trágico en combate; el cuarto, también bíblico, se centra en la amarga puñalada que es la traición de Judas y la negación de Pedro, ante "la actuación del mejor amigo, Jesús, varón de dolores y maestro en elaboración de duelos, que llora la muerte de su amigo Lázaro, asume el beso de traición de uno de los Doce, sostiene y rehabilita al otro apóstol que lo niega por tres veces" (p. VIII); el quinto relato -el lazo- es un testimonio actual, fruto del encuentro de dos amigas (Eva, Judith), con un varón -Héctor- de fondo, que pasan del encanto de la amistad al desengaño y que nos deja con cierto desasosiego para buscar el horizonte de un duelo sanador.

Como colofón y conclusión se ofrecen tres decálogos a los que el autor nos tiene acostumbrados y que son una magnífica síntesis del contenido, presentada de modo pedagógico y muy práctico para recordar y llevar a la vida.

Palabras del Prólogo:

¿Qué es un varón o una mujer sin amigos? ¿Qué es la vida sin amistad?
La muerte del amigo, alguien elegido por uno mismo, a quien se le ha abierto todo el corazón, con quien se ha dialogado en total confianza, se han compartido experiencias únicas, se han afrontado serias dificultades, se ha vivido la gratuidad del amor, aguijonea en la otra «mitad del alma» (Horacio) y araña las entrañas. Es un padecimiento de primera, no conlleva una elaboración de duelo de segunda categoría.

Ante la muerte del amigo, en cualquier edad que ocurra, no basta con "estar en duelo", hay que "hacer un trabajo de duelo. Por otro lado, la clausura de una amistad, sea cual fuere su causa, y quien la provocare, produce una hemorragia interna. La dulzura de su suavidad se transforma en amargura. Es un sufrimiento que requiere una sana y activa elaboración de duelo. (pp. V-VIII)