De las idas y venidas por los mundos fantásticos del material de cuentos, rescato aquellos sucesos que por "extraños" quedaron esperando a orillas de viejos caminos que parecían tener chicha pero que, en aquellos momentos, o no nos permitían seguir desarrollando, no se sabe bien que, entretelas hilvadas que querían descolgarse. O, estructuras dramáticas que, no se sabe bien, de que motivos ocultos claramente manifiestos venían huyendo.
Ahí, va y "como quien no quiere la cosa" te digo querido amig@ que los caminos, aunque no lo parezcan, siempre tienen aquello de que son de ida y vuelta. Dado, sin embargo, que el tránsito sucederá en secuencias de tiempo distintas, lo que pudo haber sido nunca será aunque puedas, eso si, adivinar, que seguir creando posibilidades nunca vendrá mal, sea el día 25 de abril o elijas viajar el 25 de diciembre.
¿Que tal si aprovechamos las telas de lamentos para hacer escalera improvisada y salir por la ventana? Cinco segundos, que me atuso el pelo y salimos pitando hasta la aventura más cercana.
¿Que tal Pepe? y Pepe, nos contó que mejorado de su lesión de espalda pillada dando de comer a una vaca, nos acompañaría al jardín de las lindas rosas con caras femeninas. Y ahora, mira hacia arriba y observa la longitud de esta entrada ¿Ves? esta será una aventura que terminaremos contándote pero, un poco más tarde.
Te digo, mejor así que como estábamos antes, aunque me da por pensar ¿Será cierto que existe la posibilidad de vivir y ser feliz en pareja? Habrá que probar, aunque yo de la lágrima de Pierrot ya no me separo.
De Sherlock contar que saber sabemos a través de su perfil en Facebook pero aconsejamos al lector no lo busque aún a pesar de que se halla empapado de las 50 mil repeticiones de los capítulos de CSI, a no ser que...
Si tu no crees tener un amigo que se llame Juanito, que viva en Australia y que plante rododendros, te sugiero que busques entre los que se llaman Juan, le encuentres un trabajo increíble en Australia y le susurres que te encantaría que plantara rododendros alrededor de su nueva casa.
¡Ay, aquella décima! que tenía descolocada toda la contabilidad de un amigo que ahora se ha convertido en casi hermano de dos cabezas locuelas, que cuando tienen sed recurren a una corta llamada de teléfono.
Toma el carro, que nos vamos a la compra y a marujear un rato con las lindas ratonas que a estas horas deben andar por la cuarta tostada y dos cafés.
Menos mal que se te ocurrió traer la super lupa que le pedimos prestada a Sherlock Holmes Semejante perla no puede dejarse pasar como si fuera paja en cualquier pajar. Resulta complejo adivinar como y que aventuras corrimos con nuestro apreciado amigo.
¡Y tú, que nos lees! prepara el macuto. ¿No pensarás quedarte ahí quiet@?