Materiales de aprendizaje para los bebés en la piscina

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

La natación es uno de los primeros aprendizajes a los que se enfrenta nuestro bebé. Cada vez más, los padres decidimos que nuestros hijos aprendan a nadar, casi antes que a caminar, pero esto implica que es necesario que la piscina donde los llevemos a tener sus primeros contactos con el agua, tenga recursos para que aprenda.

Te explicamos algunos de los fundamentales:

La tabla de iniciación

La típica tabla de corcho que los niños más mayores y los adultos usamos para aprender a nadar también tiene su versión para bebés de menos de 1 año de edad.

Se trata de una tabla con una gran base y un agujero que se puede ajustar a las dimensiones del bebé. Con ella, el pequeño se mantiene en equilibrio horizontal mientras se desplaza por el agua, y va cogiendo confianza. Eso sí, se le debe controlar de manera constante para evitar que la tabla se vuelque, y el bebé acabe dentro del agua.

El churro con conector

Cuando el niño deja de usar la tabla, se le pasa a colocar un churro con conector, que le hace trabajar el equilibrio y la flotación hasta convertirse, poco a poco, en autónomo. De todos modos, le resulta complicado, porque no tiene la gran base de la tabla. Por lo tanto, puede tardar al menos un mes en conseguir dominarlo mínimamente.

Cinturón con corchos

El siguiente paso a la hora de que el bebé aprenda a nadar es que empiece a usar un cinturón con dos corchos, ajustado a su cuerpo, y que le permite moverse más autónomamente dentro del agua.

Una vez dominado este artilugio, se le quita al niño una de las tablas de corcho de su cinturón, y después incluso la que queda. Cuando el pequeño ya solo tiene el cinturón, es muy autónomo y es capaz de moverse bastante bien dentro del agua.

Y los cinturones no se acaban aquí. El último paso es ponerle al bebé varias pequeñas tablas de corcho unidas en forma de cinturón, y que se van quitando a medida que el niño mejora en la natación.

Corchos en el bañador

El último material de aprendizaje que va a usar un niño en la piscina son los corchos que se ponen en el bañador, y que ayudan a que el pequeño empiece a adquirir la posición horizontal natural a la hora de nadar.

Los beneficios de la natación en los niños

Que los niños aprendan a nadar no es una decisión caprichosa de los padres. Está demostrado que la natación tiene una gran importancia en el desarrollo físico de los pequeños, ya que mejora su coordinación, equilibrio y orientación espacial. También incrementa su fuerza muscular, y se favorecen sus habilidades psicomotrices, tales como gatear o caminar.

A nivel psicológico, el bebé que aprende a nadar gana en seguridad, independencia y autoconfianza. Finalmente, la natación ayuda al pequeño a sociabilizarse, a mejorar sus posibilidades de diversión, y a consolidar vínculos afectivos con sus padres, que le acompañan en la piscina.