Antes de ser madre la muerte no me asustaba especialmente. Es algo que pasará algún día, es natural, cuando te vas te vas, y a ti más que menos te da igual. El palo se lo llevan los que se quedan. No es que tenga un idilio con la muerte pero no le tenía miedo.
Una vez que fui madre, a los pocos días de llegar a casa pensé 'Cuando me muera voy a dejar a esta personita huérfana y sola en este mundo'. De pronto mi concepto sobre la muerte cambió por completo! Fue una sorpresa. Ya no me hacía ninguna gracia lo que le iba a pasar a la gente que dejara atrás. Mi hijo, por muy mayor que fuera, aunque tuviera mujer e hijos se quedaría sin madre... Y madre no hay más que una!