Una joven de 17 años, junto a su novio y un amigo, asesinaron cruelmente a los padres adoptivos de ella para hacerse con el dinero de la pareja
MÉXICO.- México se ha despertado con una estremecedora historia más propia de guiones de cine de terror.
Una joven de 17 años, Ana Carolina, ha sido arrestada,
junto a su novio y un amigo de ambos, como presuntos autores de los asesinatos
de los padres adoptivos de la joven, María Albertina Enríquez, de 68 años, y
Efrén López Tarango, de 88.
Quienes la conocen aseguran que la adolescente cambió
de actitud cuando comenzó una relación con José Alberto Grajeda Bastista, de 18
años.
Tras el asesinato, los jóvenes salieron del hogar y fueron a comer a un puesto. A la mañana siguiente tocaba deshacerse de los cadáveres y limpiar la escena del crimen. Cargaron los cuerpos en una camioneta y los transportaron hasta un terreno baldío a las afueras de la ciudad de Chihuahua, donde rociaron los cuerpos con gasolina. Ya el domingo, la joven informó sobre la desaparición del matrimonio a las autoridades. Al parecer, la joven no quería seguir el camino que le habían marcado los padres, es decir, estudiar. Ana quería casarse y formar una familia 'con hijos que sí fueran suyos'. Los psicólogos criminales se sorprendieron por la frialdad de la joven al hablar y confesar su crimen
Mauro, el amigo, también sorprendió a los investigadores con sus declaraciones. El joven aseguró que quería sacarle el seno a su madre, cocinarlo y comérselo, pero que no lo hizo 'porque derramaría mucha sangre'. Por su parte, el novio de Ana, Alberto, es un joven sumiso que asegura que hizo todo porque Ana se lo pidió, ya que era ella quien 'llevaba las riendas de la relación y lo controlaba con sexo'.
Fue él quien no soportó el interrogatorio policial y confesó el crimen. De ser cierto que Ana urgió todo el plan y manipuló a los otros dos jóvenes, es posible que también conociera las consecuencias legales de ser capturada, como ha sido el caso. La legislación mexicana contempla cadena perpetua para casos similares, pero en el caso de Ana, menor de edad, la condena máxima a la que podría enfrentarse sería a la de 15 años de prisión. También hay que tener en cuenta que la joven no fue la autora material, algo que la joven supo dejar en manos de los otros dos chicos.