Sinopsis:Continúa la apasionante serie «Los Knightley» ambientada en la regencia inglesa, de mano de Ruth M. Lerga.La historia de un matrimonio de conveniencia, que tras diez años de convivencia, dos hijos y una relación nula, ella decide recuperar la alegría y la emoción... con su marido o sin él.El conde es un hombre frío, serio y formal que ve cómo su ordenada vida se desmorona y su callada y obediente mujercita le pone en un brete.Después de diez años de matrimonio, Helena quiere más. Sabe que es una mujer afortunada, que tiene un esposo que la respeta y la cuida, pero ahora que ha conocido a su cuñada Jimena de Alba, entiende que la vida, y el amor, tienen mucho más que ofrecer que una unión de conveniencia.Se casó enamorada de Marcus pero desistió pronto de amar a un caballero frío y distante que no correspondía a sus sentimientos. ¿Debería luchar ahora por recuperar al hombre que sigue despertando sus anhelos, o rendirse y buscar la felicidad en otro lugar?La vida ordenada de Marcus Kngihtley, duque de Neville, se tambalea después de diez años de matrimonio. Y cuando su esposa le sorprende con una proposición única llegan los celos, un deseo arrollador que jamás había sentido y el temor a que todo se derrumbe si descubre su secreto...¿Puede un matrimonio de conveniencia despertar diez años después con la fuerza de la primera vez? La duquesa de Neville ha decidido darle una oportunidad al amor# con o sin su marido. Pero el duque no está dispuesto a permitir que su esposa descubra fuera de su cama lo que él estaría encantado de mostrarle.Opinión personal:Sigo con esta serie, con la historia de Marcus y Helena, pareja que me restó mucho protagonismo a la entrega anterior y de la que tenía muchas ganas de leer su propia novela. Quizás puede ser una muestra de la problemática que pueda plantear la idea preconcebida que una misma puede hacer de una historia que no ha leído. Porque, aunque no tengo muy claro la historia que me esperaba, no es exactamente esta. No obstante, no me ha disgustado y, en su conjunto, es una lectura entretenida, pero tampoco me ha encantado como esperaba.La novela tiene un punto partida que, aunque no resulte del todo novedoso ya que hay bastantes novelas que nos cuentan este tipo de matrimonios de conveniencia, sí que resulta original en cuanto está planteado desde el punto de vista que suponen diez años de matrimonio pausado, tranquilo, respetuoso, pero más basado en una relación de respeto y falta de relación, por decirlo de una forma suave. Lo usual es que el matrimonio viva separado o algún hecho concreto haya provocado un distanciamiento casi imperdonable y, por otro mismo hecho en concreto, se ven obligados a volver a convivir. Aquí, la convivencia no se ha roto y, justo eso, es lo que más me llamaba la atención. Ese, digamos, click que provoca el cambio lo provocan la felicidad de la pareja secundaria.Helena es una joven disciplinada, con una existencia aburrida y sin sobresaltos, que ha cumplido con sus obligaciones maritales al otorgar al heredero del ducado y al hijo de repuesto. Sé que suena muy frío, pero es que su vida es así, fría, sosa y desaborida. Más que disfrutar y ser feliz, sus días transcurren sin grandes sobresaltos.En su matrimonio no hay rencor, pero tampoco he visto amor. No sé, es lo que más me ha costado creerme, que después de tantos años de ser ninguneada y tratada con el mismo respeto que a una doncella, se muestre enamorada de su marido. Por lo que la propia novela nos cuenta, tampoco estamos ante una joven que se casara enamorada. Y eso es lo que más he echado en falta. Es como si Helena se hubiera propuesto ser feliz y le diera igual la persona con quien serlo y ya le va bien el que tiene al lado que, además, es guapo, rico y es su marido.Marcus es un duque estirado. Educado, correcto, no estamos ante un libertino, pero sí que ve en a su mujer como la madre de sus hijos, pero a la que no conoce tras diez años de matrimonio.En el fondo, ninguno de los dos se conoce.Estamos ante un punto de partida de lo más interesante, como he dicho. Mi problema radica en el enfoque del cambio, para mi gusto, demasiado respaldado por la parte física.No quiero que penséis que la novela no me ha gustado, hay muchas cosas con las que he disfrutado, por ejemplo, del esfuerzo de la propia Helena en cambiar, de la forma en la que se arriesga y gana contra ella misma rompiendo algunas de esas normas con las que ha sido educada y que tan afianzadas tiene. El cambio nunca es fácil. Me ha gustado también esa conquista por parte de Marcus. Aunque estemos ante un matrimonio, su historia evoluciona poco a poco y son pequeños pasos que van dando. Mis problemas han sido, por un lado, lo que los provoca; y, por otro, la sensación que me ha dejado, que más que ser objeto de la mutua admiración de conocer a la persona con la que llevas tanto tiempo compartiendo desayunos, comidas y cenas, es que de pronto te des cuenta de lo guapo o hermosa que es y, más que los propios deseos sean las pocas ganas de compartirla o el miedo a poder perderla.Dejando de lado la evolución de Helena, que es lo que más me ha gustado, el personaje de Marcus me ha resultado algo anodino y el peso y espacio que ocupa la pareja secundaria, demasiado para la poca extensión de la novela.Esperaba un mayor crecimiento de los personajes, quizás, un cambio más profundo, una novela más centrada en ellos y menos en los juegos del deseo. Por eso digo creo que es más una cuestión personal de la idea que tenía o de lo que esperaba de esta lectura que de la propia novela en sí. «Matrimonio de apariencia» es una novela correcta que tiene un argumento que no encontramos de forma habitual en las románticas históricas, pese a que sería lo usual de la época, eso es algo que ya la diferencia y ya sabéis que a mí atrae muchísimo cualquier novela que se salga de lo habitual.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa