Matute 12 siempre tuvo mucho rollo. El ambiente, la decoración bohemia y la música de los anteriores dueños le hacían una parada inexcusable en las tardes-noches del Barrio de las Letras. Ubicado en uno de los pocos edificios modernistas de Madrid ( la casa Pérez Villaamil), en un plaza pequeña y poco conocida en un barrio hipertransitado y con nombre de bandoleros y contrabandista, el bar es un escondrijo perfecto para pasar la tarde maquinando o para dejar que discurra la noche bailando. Además, con la reforma y el nuevo giro que le han dado los propietarios del Grupo La Fábrica, el restaurante Matute 12 es ahora más completo, con una carta mediterránea muy original y divertida, un brunch de lo más completo y el mismo punto canalla para tomar unas copas. Con otro aire pero sin dejar de ser un imprescindible.
"Matute 12 era un local con mucha personalidad y hemos querido respetar ese espíritu pero con un enfoque más gastronómico", me cuenta Paco Talavera, uno de los propietarios de La Fábrica. Ellos son dueños de las tradicionales cervecerías La Fábrica, al estilo alemán y donde producen su propia cerveza, La Bobia en La Latina, La Fábrica 21 en la calle Génova y otros espacios en Madrid. Paco es la segunda generación al frente de La Fábrica, que crearon su padre y sus dos tíos. Su visión y misión son claras: la renovación de conceptos de siempre hacia gustos más actuales pero sin perder la esencia de lo que fueron y de lo que los convirtió en especiales.
En Matute 12 buscaban justo eso, darle más potencia a la parte gastronómica y lo hicieron con la ayuda de Sergio Fernández, profesor de la escuela de cocina de la Casa de Campo. Respetando la filosofía y el conocimiento adquirido en otros de sus negocios, han creado "una carta mediterránea con toques muy divertidos. Nos basamos en una cocina asequible y reconocible, con la que todo el mundo se lo pase bien", asegura Paco. Y así, sirven los boquerones marinados crujientes en un coral, el arroz a banda en bandeja de kubaq y el salmorejo, con helado de queso de cabra. En los restaurantes de La Fábrica, no hay que obviar el jarrete de cerdo en sus diferentes preparaciones porque sus años de experiencia en las cervecerías, con los codillos al estilo alemán, les han hecho expertos en estas piezas.
Para los postres, una aclamada tarta de Huesitos o la sopa de maracuyá y cítricos con trufas de chocolate dan el último paso previo a las copas y el ambiente más distendido. Si en algún momento, hemos bajado a los baños, habremos descubierto una extraña cabina roja londinense al pie de la escalera. Las cabinas eran el sitio elegido por Clark Kent para convertirse en Superman y en Matute 12, son la puerta para entrar a un espacio reservado en el que se puede bailar, celebrar eventos o fiestas. Si te dan la contraseña, baja y diviertete porque no siempre está abierto.
Y si lo que te apetece es recalar el fin de semana a hacer recuento de la noche anterior, tienen un delicioso y completo brunch muy asequible.
Un edificio como este, tan singular en Madrid, necesita albergar un espacio que le realce. Con personalidad canalla, como los matutes de la Plaza, pero elegante como las formas de la Casa Pérez Villaamil. Personalidad, diferente y muy acogedor
Los datos. Restaurante Matute 12. Plaza Matute 12, 28014 Madrid. 910 123 128 hola@grupolafabrica.es. Precio medio: 20€. Más información en la web