Maus, de Art Spiegelman

Publicado el 28 enero 2021 por Laura Coll Rigo
Nº de páginas: 300
Editorial: TRILITA
Idioma: Català
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788416249060
Año de edición: 2019
Precio: 24.00 €
Autor: Art Spiegelman
Traductor: Felipe Hernández

Sinopsis:
Maus és la biografia de Vladek Spiegelman, un jueu polonès supervivent dels camps d'extermini nazis, explicada a través del seu fill Art, un dibuixant de còmics que vol deixar memòria de l'aterridora persecució que sufieron milions de persones a l'Europa sotmesa a Hitler i de les conseqüències d'aquest sofriment en la vida quotidiana de les generacions posteriors.
Apartant-se de les formes de literatura creades fins a la publicació de Maus, Art Spiegelman s'aproxima al tema de l'Holocaust d'una manera absolutament renovador, i per a això relata l'experiència de la seva pròpia família en forma de memoir gràfica, utilitzant tots els recursos estilístic i narratius tradicionals d'aquest gènere i, alhora, inventant-ne de nous. La radicalitat narrativaha canviat de dalt a baix el mitjà: hi ha un abans i un després de Maus en el còmic.
La gran proesa d'aquesta obra és aconseguir explicar la tragèdia de la Història -e n majúscules-, a través de la historieta -minúscules i diminutiu-. L'autor crea un entramat gràfic i literari en el qual interactuen i s'entrellacen el passat i el present, cadascun fent de mirall a l'altre. Dues històries que es necessiten mútuament: la del passat del pare a Polònia, la tragèdia familiar de persecució, fugides, dolor i mort, contada per ell mateix al seu fill, i la del present d'ambdós a Nova York, vista a través dels ulls del fill. Com diu el pròleg a la primera edició de Maus: "Aquest és el darrer conte de supervivents, i també dels infants que d'alguna manera sobreviuen malgrat els supervivents."

Opinión:

Ya sabéis que me gusta especialmente leer sobre el holocausto. Una de las razones por las que no me había lanzado a leer esta conocida obra era que se trataba de una novela gráfica dura de leer. Tenía miedo de que fuera demasiado gráfica (válgase la redundancia) y que mostrara los horrores de la persecución judía con pelos y señales. Me gusta el tema, pero mi cordura solo puede soportarlo hasta cierto punto.

Al final he caído en la tentación y no podría sentirme más satisfecha con el resultado. Al principio no estaba muy convencida a causa del dibujo. No soy asidua a la novela gráfica y las pocas obras que he leído solían ser limpias, con un dibujo bien delineado, pocos fondos y de carácter realista. Maus es todo lo contrario. He tenido muchos problemas con el dibujo, pues el trazado es sucio, sin detalles, con muchos estampados, sombras y rayas. Es un dibujo que cansa a la vista nada más verlo de lejos, en el que cuesta distinguir a los personajes y que no pretende que te deleites en él.

Durante la mayor parte de la novela, a mí el dibujo me ha servido de guía para saber quién hablaba y para tener algo de contexto, pero intentaba pasarlo de largo, pues me resultaba confuso. Me costaba distinguir algunas cosas y si me hubiera parado a descifrar cada viñeta hubiera tardado el doble. A mí personalmente no me ha gustado, pero entiendo lo que el autor pretendía con él. Un dibujo más realista hubiera investido la obra de una excesiva seriedad y el tono hubiera sido mucho más grave y no tan ligero. Aun así, creo que los fondos podían estar más trabajados, que el delineado no fuera tan grueso y que desaparecieran la mitad de los rayones.

Lo que sí me parece interesante es que cada nacionalidad esté representada por un animal distinto. Eso ayuda a que la novela sea mucho más fácil de digerir y que sea accesible a un mayor público, pues el realismo hubiera sido demasiado impactante. Este tipo de dibujo, junto al hecho de que los personajes sean difíciles de diferenciar ayuda a la idea de despersonalización y universalidad. A mí me ha costado mucho distinguir a los personajes, incluso diferenciar entre hombres y mujeres, pero entiendo que es por mi falta de bagaje lector (y por no tener el ojo acostumbrado). Sé que este tipo de dibujo era necesario para la historia que se quería contar, no la de Vladek, sino la de todos los judíos polacos, algo difícil de conseguir.

Por si alguien no lo sabía, esta novela gráfica relata las experiencias durante la Segunda Guerra Mundial de Vladek, un judío polaco y padre del autor. Lo interesante es que no solo es fiel cronológicamente y comparte exclusivamente experiencias propias (a diferencia de Persépolis), sino que al haber vivido tantas cosas (sin perder un ápice de veracidad) se siente como una obra capaz de englobar la experiencia de todos los judíos polacos. En general los sucesos que experimentó Vladek (a diferencia de lo que podemos encontrar en otras novelas) son los de un judío corriente. No estuvo en Varsovia, no se dedicó al contrabando, no ayudó a escapar a otros, no se rebeló ni luchó contra los alemanes. Vladek no fue nadie especial, y eso es lo que le hace grande. Es cierto que a veces cuenta cosas que sucedieron a otros, pero no son anécdotas sueltas, sino que Vladek estuvo ahí, junto a ellos y logra crear una conexión con el lector.

Pero esa no es la única trama. Aunque gran parte de la novela sean las experiencias de Vladek, tenemos una trama secundaria centrada en el presente, en la relación entre Vladek y Art, su hijo y autor de la novela. Asistiremos a las entrevistas que realizó a su padre, a sus reflexiones creativas acerca de cómo enfocar la obra y la difícil relación que había entre ambos. Este libro no es solo un relato de las experiencias de Vladek durante el holocausto, sino que también podemos ver las repercusiones que esas vivencias tuvieron en su futuro y en el de la gente que le rodeaba. La trama del presente se hace visible tanto al inicio de los capítulos, como al final de algunas escenas. A veces, Art interrumpe la narración de su padre para formular pregunta; otras, se marcha a su casa o ayuda a su padre en alguna tarea. Esto no corta el ritmo ni la sensación de inmersión, pues todas las pausas están muy bien medidas.

No había encontrado antes en una novela gráfica la concatenación de dos líneas temporales. Sí lo había leído en novelas, pero el resultado había sido desalentador, pues siempre me interesaba más por la historia del pasado, ya que en comparación la del presente tenía poca fuerza. Aquí no ha sido así, me he sentido tan interesada por saber cómo evolucionaba la relación entre Art y su padre como por conocer las vivencias de este último. 

Me ha gustado mucho cómo se caracteriza poco a poco y por sus acciones al Vladek del presente. Se nos muestra cómo le ha afectado todo lo que ha vivido (se corresponde bastante con el estereotipo de judío avaricioso, como indica Art en un momento), así como lo rota que está su relación tanto con su hijo como con su actual pareja, Mala (ya, vaya nombrecito). El Vladek del presente está muy bien retratado y el estudio psicológico que hace de él el autor me ha parecido excelente. 

Algo que me ha parecido muy inteligente es incluir el punto de vista de otros supervivientes (con mucha naturalidad), pues eso nos permite ver que cada uno asimila lo vivido a su manera y que no todos los judíos supervivientes han terminado siendo cómo Vladek. Eso sí, es una lástima que se perdieran los diarios de la madre. Conocer su versión hubiera enriquecido muchísimo la obra.

Art, por su parte, también está bien retratado, aunque lo conocemos solo por cómo se relaciona con su padre. Eso sí, me ha gustado mucho que sea quien maneje toda la parte de reflexión. Art nos habla tanto de la crisis del creador literario como de la culpa. La culpa que siente Vladek por haber sobrevivido, la culpa de Art por ser tan afortunado de no haber estado allí, de cómo le persigue el fantasma de su hermano muerto, de cómo siente no estar jamás a la altura de su padre y de la culpa de cimentar su éxito literario en una montaña de cadáveres. 

Otra reflexión con la que me quedo es que aquellos que se salvaron no eran mejores que el resto. No es que tuvieran más capacidad de adaptación, de supervivencia, que fueran más listos ni más hábiles. Vivir o morir no era cuestión de ser bueno o malo, cobarde o valiente, sino cosa del azar, de estar en el momento indicado en el lugar indicado. Me gusta que se diga que vivir algo así no te hace mejor persona; Vladek, por ejemplo se nos muestra como alguien con prejuicios y racista, algo que me cuesta asimilar.

Llegados a este punto, quizás os interesa saber si la historia es muy dura de leer o no. La respuesta no es sencilla, en parte porque cada uno tiene su umbral de aceptación; lo que para mí puede ser muy fuerte a otro puede parecerle superficial. Pese a ello, yo diría que no es una obra macabra. No busca el impacto ni que sientas el horror de forma visual. No se regodea en las vivencias más crueles ni el sufrimiento de los personajes. Esta historia está narrada sin dejar de decir las cosas como son y sin ignorar la crudeza de la situación, pero sin recrearse en ellos enseñando sangre y vísceras. Los actos más crueles son contados desde la objetividad del paso del tiempo y no en forma de viñeta. Sí que es verdad que a medida que avanza es cada vez más duro y hay alguna que otra escena que me ha impactado. Eso sí, pensaba que la obra se centraría mucho más en el día a día de Auschwitz, pero no es así, eso es solo un tercio del libro  

Finalmente, comentar una cosa que me ha parecido muy curiosa a nivel lingüístico. Mi edición (bueno, la de G) es en catalán y no estoy segura de cómo lo han hecho en otros idiomas, pero al principio hay una nota del traductor advirtiendo de que la versión original contenía varios errores sintácticos debido al desconocimiento del autor del inglés, y que estos se han mantenido en la traducción. Por eso hay algunas construcciones algo extrañas y verbos que no están bien conjugados. No sé hasta qué punto estoy de acuerdo con esta decisión, pues dificulta un poco (casi nada) la lectura y no es que aporte mucho. Además, tampoco entiendo por qué el libro original no pasó por una revisión.

En conclusión, Maus ha sido toda una sorpresa. Aunque el dibujo es sucio, poco detallado, con un delineado excesivo y poco detallado, es funcional con la historia que pretende contar. Las experiencias de Vladek están narradas desde el sentimiento, pero bien filtradas por la objetividad de su hijo. Hay escenas duras, pero sin recrearse en la barbarie. Por otra parte la trama del presente centrada en las consecuencias de una vivencias así resulta muy interesante, pues la relación padre e hijo está muy bien trabajada y el retrato que se hace de Valdek es muy completo. Tanto las reflexiones como el repaso que se hace a los sucesos de la Segunda Guerra Mundial me parecen brillantes.  

En general entiendo por qué se ha convertido en un libro de referencia sobre el holocausto y la repercusión que ha tenido. ¿Por qué deberíais darle una oportunidad? Si no has leído nada del tema, te lo recomiendo con ahínco. No solo cuenta con personajes bien caracterizados e interesantes, sino que el recorrido histórico es muy completo y las vivencias de Vladek están narradas desde la experiencia propia. Además, aunque sea terrible, forma parte de nuestra historia, de lo que somos, de lo que podemos llegar a ser, y negarlo es negar una parte de nosotros mismos. Si ya has leído mucho sobre el tema, este libro te aporta una perspectiva global al mismo tiempo que particular; el sentimiento de la experiencia propia aderezado con la objetividad del hijo de Vladek, que no vivió los sucesos; una reflexión sobre la culpa y sobre cómo nadie sobrevivió a los campos, pues para escapar tuvieron que dejar atrás todo aquello que los hacía humanos.

Cosas que he aprendido:

  • Más cosas terribles de Auschwitz
  • Sobrevivir a algo así no te hace mejor que otros que perecieron.
Y ya para terminar os dejo con mi avance en Goodreads:

PUNTUACIÓN...4/5!