Las sentencias de tipo más discursivo son tremendamente ácidas y destructivas. Amor, hombre, mujer, muerte, felicidad, moralidad, pudor, inteligencia, sentimientos, vida social, matrimonio, amistad, ideal: no deja títere con cabeza. Exaltación de la sexualidad, heterodoxia, machismo, cinismo. Todo lo que toca lo mancha.
Los juegos de palabras y metáforas asociativas tienen cierta gracia. Aunque también hay algunas más tontas que las greguerías más tontas de Ramón Gómez de la Serna, que ya hay que ponerse.
Creo que no estoy exagerando. En todo caso, echen un vistazo a algo de su teatro. Su pensamiento, si tuvo algún interés en vida, ha envejecido francamente mal.