‘Mayoría abstencionista: la verdadera ‘ganadora’ de las elecciones’

Por La Cloaca @nohaycloacas

Publicado por Pepe González      

Cada vez que hay elecciones, se le dice a la sociedad civil que el voto es una obligación cívica, cuando es algo muy distinto: un derecho político. ¿Por qué ocurre esto? Porque la abstención es la única forma pacífica de combatir al régimen imperante. Es, por tanto, el enemigo de éste. La abstención no es más que la no participación en el régimen. Y cuando se hace de forma consciente indica desagrado con él. Se sitúa frente al voto en blanco y al nulo que lo que indican es que no gusta ninguna opción concreta, pero sí el sistema.

En estas últimas elecciones, marcadas por el descrédito de la clase política y por la irrupción de nuevos partidos políticos, la abstención ha crecido ligeramente, el voto nulo y en blanco han bajado, y los votos a partidos políticos tradicionales han disminuido. Este fenómeno, unido a la gran cantidad de votos conseguida, ha hecho que el doble de ciudadanos de los que han votado al conjunto de listas del PP, el partido más votado, se hayan quedado en su casa, y se han abstenido de votar.  Este es el aspecto más destacado de estas últimas municipales, aspecto que no se trata nunca en ningún análisis.

Por otro lado, y a pesar de la teórica mayor cercanía de los alcaldes a los ciudadanos, parece claro que la política de Rajoy ha afectado muy negativamente a los candidatos populares. De este modo, aparentemente gran parte de los votantes ha mostrado su aversión a la política estatista, de aumento de impuestos, deuda pública, pero de austeridad en  el Estado del Bienestar. Pero, ¿ha sido realmente así? No podemos estar muy seguros de ello porque, si miramos los programas de todos los partidos, tienen medidas similares, de carácter socialdemócrata, y por tanto estatista.

Asimismo, la otra gran cuestión es la necesidad de pactar a causa de la consecución de una gran cuota de poder por parte de nuevos partidos políticos. Al respecto hay que preguntarse si éstos realmente proponen algo realmente revolucionario, contrario el actual régimen de poder. Y aquí parece muy difícil responder de forma afirmativa. Todo lo contrario, es mucho más fácil situarse en una posición cercana a la teoría sobre la circulación de las élites de Wilfredo Paretto y que quedó perfectamente reflejada en la maniobra lampedusiana de la magnífica Gatopardo de Luchino Visconti. Pero en este caso, se trata de una circulación de las élites de carácter parcial, donde entran nuevos actores, y no desaparecen de forma teórica los nuevos. Simplemente aparecen más bocas en el reparto.

En este sentido, la también magnífica película italiana Manos sobre la ciudad de Francesco Rossi puede ser muy ilustrativa, puesto que trata los problemas inherentes a los sistemas electorales proporcionales.

Finalmente, tras estos breves apuntes sobre las últimas elecciones municipales, que espero generen debate -que siempre es más enriquecedor-, es de justicia plantear una serie de cuestiones en clave abstencionista:

De no haber entrado en juego los nuevos partidos políticos, ¿hubiera producido una mayor abstención el descrédito de PP y PSOE? Si la estructura de poder ha potenciado a Podemos y Ciudadanos, ¿ha sido para que éstos legitimen el régimen oligocrático imperante en España? En caso de ser así, ¿han conseguido su objetivo? ¿Qué repercusiones puede tener para el régimen un comportamiento de los nuevos partidos similar al de los tradicionales?

Apoyemos el codo en una barra, pidamos una cerveza y lancémonos a debatir, discutir y responder a estas preguntas, que ya sabemos que, en los bares, todos somos politólogos.