Es importante aprender a expresar nuestro malestar cuando nos sentimos maltratados, ignorados o abusados, pues de lo contrario estos sentimientos se convertirán en un gran resentimiento, haciendo que tengamos la peor opinión del otro y que nos convirtamos en víctima de la situación sin darnos cuenta, sin darnos la oportunidad de enfrentarla con madurez y valor.
Las diferencias personales siempre van a estar allí, lo importante es que no sean más grandes que las similitudes y las finidades que compartimos, que no atenten contra nuestra dignidad o salud física y emocional, o que el malestar que inicialmente puedan causarnos no sea más grande que nuestro amor y deseo de crear acuerdos para hacer crecer el bienestar y la felicidad entre los dos. Muchas veces las diferencias se convierten en recursos que nos inspiran, enseñan y hacen sentir apoyados, acompaádos y queridos si sabemos reconocer su efecto positivo. En una relación de igual a igual, donde existe el respeto, la aceptación y la reciprocidad, las diferencias enriquecen la convivencia.
Claves para resolver las diferencias
Antepón siempre el amor. Pensar en lo que sentimos por el otro antes de reaccionar al dejarnos llevar por las emociones negativas nos ayudará a hablar y actuar de la mejor manera.
Expresa tu malestar directamente. Nunca tratemos de hacerle llegar el reclamo por intermedio de otro, o haciendo gestos que tenga que adivinar, pues las cosas en vez de arreglarse, tenderán a complicarse.
Busca el momento adecuado. Es importante elegir el mejor momento para expresar lo que sentimos y pensamos, cuidando siempre las palabras que vamos a usar.
Evitar hacer comparaciones. Estas predisponen a los demás, hacen que la persona se cierre y que no quiera oír nuestros comentarios.
Sáltate los preámbulos. A veces le damos tantas vueltas a lo que vamos a decir con frases como “espero que no te vayas a molestar pero…”, que en lugar de tranquilizar al otro hacen que se ponga a la defensiva.
No te excuses. Sentirse culpable o atemorizado después de expresar tu malestar o frustración le restará fuerza a tu reclamo y despertará dudas en la otra persona. Habla con objetividad y serenidad.
Haz tu reclamo sin emoción. No le pongas carga emocional a tus palabras. El miedo, la agresividad, la ironía, el sarcasmo o el desdén sólo contribuirán a complicar las cosas . La objetividad, la serenidad, la madurez y la paciencia serán tus mejores herramientas.
Expresa tu gratitud. Una vez hecho el reclamo no digas frases como “espero que esto no vuelva a repetirse”. Lo mejor es que si la persona está dispuesta a corregirlo, le digas a los ojos: “Gracias por escuhar mmis observaciones”. Haz una observación a la vez, de lo contrario corres peligro de desmoralizar al otro hasta el punto de que se sienta agredido y no haga nada.
Ten expectativas reales. Podemos pedirle a la pareja que no levante la voz, que no se muestre agresivo, pero no que esté de acuerdo en todo con nosotros. Podemos insistir que cambie su forma de expresarse, pero no pedirle que no lo haga cuando lo crea necesario.
Comunicadora social con más de 20 años llevando mensajes de esperanza, cambio y mejoramiento. Articulista y presentadora del programa “Hola Maytte” transmitido por Casa Club TV. Tiene cinco libros publicados http://maytte.com/
Copyright © 2012 Maytte Sepulveda &