Una nueva se ha iniciado.
Recuerda. Corre. Sobrevive.
Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento, lo único que Thomas logra recordar es su nombre. No sabe quién es. Tampoco hacia dónde va. Pero no está solo: cuando la caja llega a su destino, las puertas se abren y se ve rodeado por un grupo de jóvenes. "Bienvenido al Área, Novato."
El Área. Un espacio abierto cercado por muros gigantescos. Al igual que Thomas, ninguno de ellos sabe cómo ha llegado allí. Ni por qué. De lo que están seguros es de que cada mañana las puertas de piedra del laberinto que los rodea se abren y por la noche, se cierran. Y que cada treinta días alguien nuevo es entregado en el elevador.
Un hecho altera de forma radical la rutina del lugar: llega una chica, la primera enviada al Área. Y más sorprendente todavía es el mensaje que trae.
Thomas será más importante de lo que imagina. Pero para eso deberá descubrir los sombríos secretos guardados en su mente. Por alguna razón, sabe que para lograrlo deberá correr. Correr será la clave. O morirá.
Hola mis queridos seres del inframundo. ¿Todo bien en estos días? Como pueden notar, ya voy recuperando ritmo conforme se acercan las vacaciones y la escuela mortal deja de consumirme. Espero, en serio espero que no se desanimen ni un poco y estén al pendiente de nosotros porque estamos cada vez más cerca de nuestro cuarto aniversario. Pero no es el tema de este momento. Lo que sí es tema es que agradezco enormemente a mi amiga Mictlantecuhtli por proporcionarme la saga casi entera de estos libros para que yo pudiera leerla y criticarla. No es que estuviera en mis planes leerla, pero ya que ella ha sido tan amable -y me ha presionado hasta la muerte para que lo haga- supongo que no me queda más remedio que reseñarlos. Y es así como aparece esta primera reseña de la primera entrega de estos libros. Pero comencemos por partes para no perdernos en el camino.
Comenzaré hablando un poco sobre la estructura general del libro como objeto. Pues bien, los capítulos son muy cortos y, por lo tanto, sencillos de digerir. No es demasiado complicado saltar de uno al otro. Constan de máximo seis hojas, lo que hace de cada parte una cosa fácil y ágil a la vista. Desde ahí se nota a quién va dirigido el escrito. Pero bueno. Siguiendo con el tema, estructuralmente el lenguaje es fácil con creces. No es necesario devanarse los sesos para entender cada una de las palabras que maneja Dashner, ni siquiera esas que ha pretenido inventar y con las que, supongo, quería impresionar. Lo cierto es que, referente a las distopías, me recordó un poco a La naranja mecánica con ese idioma que Burgess logra de manera épica y que se supone sólo usan los adolescentes. Contrario al británico, Dashner parece que inventa palabras un tanto bobas e infantiles pero que, a la larga, ayudan a adaptarse un tanto dentro del Área en que viven los muchachos. Tristemente para Dashner no le salió muy bien la jugada de "crear su propio lenguaje". Y ya para terminar con esta parte sólo diré que su lenguaje es meramente adolescente por lo que se nota a quién y para quién está escrito el libro. Así que procuraré juzgarlo desde esta perspectiva. Si no lo hago como es debido, ya saben que pueden regañarme.
Siguiendo con la reseña, es momento de hablar un poco de la trama intentando no dar demasiados spoilers o no tantos para aquellos que, como yo, apenas están sintiendo esas ganas de hacerse con esta saga. Pues bueno, lo primero que diré al respecto es que su trama distópica no quedó del todo bien desarrollada. Quizá porque está más orientada a lo post-apocaliptico. El punto es que no se siente por completo ese desapego de lo actual. Mediante los recuerdos -o no recuerdos- de todos los Habitantes quedan estragos de lo que se vive actualmente. Sinceramente creo que a ese respecto le faltó mucho. Para muestra los Penitentes, esos monstruos que los acechan. Fue muy extraña la manera en que los describía. Por momentos sentía que quería aplicar el método de Lovecraft, de limitarse a decir que eran terribles, y luego comenzaba a describirlos una y otra vez. En determinado punto se volvió un tanto repetitivo y, por momentos (en la batalla final sobre todo) incluso confundieron un tanto. Pero me estoy desviando un poco. Referente a la trama, existieron algunos aspectos que me gustaron bastante, como esa crítica subyacente que se hizo al conformismo de la sociedad en la conversación que Chuck y Thomas. Chuck se quiere limitar a no preguntarse nada, no enterarse de nada, y se conforma con lo que le dan mientras todo funcione. Eso me gustó mucho aunque fue un segundo de brillantez entre toda esa cosa ya vista y por demás conocida. Uno de esos ejemplos conocidícimos es, por ejemplo, la sensación de "niño perdido". Thomas es Peter Pan, Teresa es Wendy y el resto de los Habitantes son los chicos perdidos. No hubo más. En todo momento se vio quién era el héroe de la historia y todos los asuntos que se iban a desarrollar si se seguía esa pauta. Es por eso que el libro fue casi predecible. Y digo casi porque sí cumplió con la función de darnos unas cuantas sorpresas. Es aquí donde debo dar otro punto a favor del libro respecto a la trama: Dashner supo perfectamente cómo manejar las emociones y los tiempos. Me refiero, desde luego, a que el hombre supo cerrar cada capítulo con intriga total, manteniéndonos siempre al filo, siempre necesitando otro capítulo. A su favor diré que supo perfectamente cómo generar intriga. Luego estuvo ese hecho de que las emociones del protagonista y el ritmo en el ambiente que lo rodeaba se vieron proyectados en su escrito. Si era una situación tensa, el texto era tenso. Si era una situación pesada, monótona, aburrida o desesperante; el escrito lo proyectaba perfectamente. A este respecto, repito, el autor se lució con creses y supo cómo hacer su trabajo.
Luego es necesario analizar los personajes. Creo que todos los papeles estuvieron muy marcados. No hubo grises, sólo blancos y negros que variaban por momentos, pero siempre yendo a ambos extremos. Dichas variables siempre eran expresadas de manera muy hormonal. Lo siento, no he encontrado otra palabra. En ningún momento analizaron (y según ellos creían que lo hacían). Más que ser todo instintos, eran todos hormonas, todos emociones sin sentido. Esto es algo molesto porque uno no sabe qué rayos planean hacer y, cuanod lo hacen, suele ser una solución que es como tapar el sol con un dedo. Muchas ideas que les pasaban por la mente no las entendí y otras tantas no intenté hacerlo. Tal es el caso de las múltiples amenazas de muerte entre ellos. Cerca de la mitad del libro todo se volvió un "te voy a matar" que tenía como respuesta "si me matas, te mato". Incluso se llegaron a hacer chistes que ni a ellos mismos les causaban gracia, entre ellos. Cada pieza cumplía su función y en ningún momento generaron una mínima sorpresa. Lo único relevante, en general, es la falta de recuerdos. Ese es el único trasfondo que se puede ver en todos los personajes. Por lo demás, se pueden considerar terriblemente planos. Lo que me recuerda, para los recuerdos de Thomas, ese momento justo en que Gally sale corriendo y todo se vuelve un caos cuando las puertas no se cierran -los que lo han leído entenderán- justo en ese momento, siento que el autor nos quedó debiendo. Ese capítulo daba para mucho y nos ha dejado con una triste página describiendo escuetamente su dolor, sus recuerdos, sus pensamientos. Estuvo ausente ¡tres días!, y parece que lo único con lo que regresó nuestro flamante héroe al Área fue un sencillo dolor de cabeza.
Ya para terminar con mi reseña, diré que lo de la telepatía sonó a chiste malo. Para mi gusto, demasiado forzado. Llegó en un momento en que, de pronto, apareció, cuando lo ideal es que hubiera aparecido antes. Es como si de pronto el autor dijera que al libro le faltaba algo y cambiara la trama por completo. Dijo: "bien, es un libro apocalíptico pero creo que va muy plano. ¿Y si le meto súper héroes?". Porque sí, eso de la telepatía me sonó a Charles Xavier y esos asuntos. No me sorprendería que en las siguientes entregas apareciera Jean Gray y Logan. Como sea, veamos qué ocurre.
Mi recomendación es para todos los adolescentes que quieran comenzar a integrarse al mundo de la literatura y nada más. El resto, por su salud mental, pueden leer otra cosa. A menos, claro, que estén saturados y quieran reirse un rato de algo que puede o no tener sentido.
Saludos enormes,