McDONALD’S (Masaryk y Periférico) Y SUS FRENCH FRIES QUE LE DARÍAN UN INFARTO A RAY KROC

Por Aaron Gelabert

Después de tantos años funcionando en México, la franquicia de McDonald’s (una de las principales del Valle de México) ubicada al final de Presidente Masaryk, hacia el poniente, cruzando las vías del ferrocarril y pasando por abajo del nuevo puente que lleva a Palmas, para llegar a ella ya sobre lo que es el Periférico (Boulevard Manuel Ávila Camacho) -para efectos prácticos, en la Colonia Irrigación-, es vergüenza para la marca, en muchos sentidos. Entre ellos: Un tiempo exagerado para entregar un par de hamburguesas que supuestamente son el lanzamiento de la temporada (Club House); el cobrarle al cliente EL PASO POR EL DRIVE THRU! haciendo que pague para salir del área de estacionamiento, como si fuese un extraño que llegase a hacer uso del mismo (situación absurda pues aun como cliente que llegara a consumir en el Piso del restaurante, el estacionamiento debería ser gratuito, pero en este caso, se convierte en una exigencia extraña e injusta pues quien va al Drive Thru es obligado a pagar un derecho de peaje para poder salir!!!); el surrealismo total aparece cuando después de haber pagado el boleto de “estacionamiento” en la caja, el código no le funciona y no puede uno salir después de haberlo metido  en la caja para boletos de la pluma de salida.

Pero la falla mayor, volvería a mandar a Ray Kroc a su tumba, si se levantara y saliera de ella para ir a checar la dichosa sucursal de McDonald’s. Ray, el mayor impulsor del crecimiento de McDonald’s, ya como concepto de franquicia, era extremadamente cuidadoso y detallista y convirtió a las papas fritas (french fries) de McDonald’s en una obra maestra del fast food. Negoció con el principal proveedor de papas de la época en Estados Unidos, consiguió una uniformidad sin precedentes en el abastecimiento del producto, y desarrolló toda una técnica meticulosa para ofrecer al público las papas fritas calientes más frescas, suaves por dentro y crujientes por fuera, que cualquier hamburguesería hubiera conocido alguna vez. La sucursal de McDonald’s de Periférico y Masaryk, nos entregó todo lo contrario, unas papas frías, aguadas, viejas y talludas. Shame on you! Gerente y operadores de la sucursal en cuestión. Tan sólo por eso, y por una Big Mac fría que también pedimos en nuestra orden, se merecen calificación reprobatoria.

Calificación de Police Gourmet (del 1 al 10): 4

NOTA.- Mi hija y yo tenemos criterios diferentes respecto a muchas cosas, de modo que no asumo responsabilidad alguna respecto a lo que ella diga.

COMENTARIOS DE MI HIJA, LA MENOR (es adolescente):

Teniendo hambre, nos dirigimos a una de las sucursales del legendario McDonald’s. De todas las cosas que puedan ocurrir en una cadena tan importante de hamburguesas como McDonald’s, lo que menos te imaginas que pueda ocurrir es que los empleados se hagan bolas y no sepan ni para dónde mirar. Siendo tantos, eso ya no es cuestión de exceso de gente, sino de estupidez. Los que atendían tenían un revoltijo en cocina, no sabían qué orden tenían que sacar, ni qué refresco servir. Uno, se arrastraba por el piso barriéndolo con los pantalones, otro, bailaba como pollo sin cabeza, no sabía para dónde ir o a quién hacerle caso. Lo peor fue que nos dimos cuenta de que ni siquiera tenían 6 personas en el área de mesas que había adentro! Se tardan en entregar una buena hamburguesa, la dan toda desproporcionada, con la mitad rellena de una media rebanada de jitomate, dos trozos de cebolla, media hoja de lechuga ya convirtiéndose en cuarto de hoja de lo marchita que está y un plástico redondo que a la primera mordida sientes como si hubieras mordido un poco de hule! Y la otra mitad, bueno, la otra mitad vacía, sólo masticabas pan… O sea, en qué cerebro de chorlito cabe la idea de dar una hamburguesa vacía por un lado y toda desacomodada por el otro? Ni es un restaurante renovador de la comida americana, ni es Jamie Oliver preparando una variedad sabrosa de hamburguesas, ni tienen el derecho de hacerlo sólo porque se les da la gana darle menos comida a la gente y cobrarle más de $100.00 pesos por una hamburguesa así. Las papas que nos dieron estaban más talludas y secas que un trapo que se exprimió

(Publicidad MÁS que engañosa): Ésta es la supuesta Club House Signature. Una hamburguesa así, no la vas a encontrar ahí!

y se dejó así bajo el sol durante 5 días, y la carne de sus hamburguesas rebotaba entre los demás ingredientes -aun estando entre todo lo demás que aparte estaba entre dos panes- mientras íbamos camino a casa para comerlas.

Si preferimos ir a comer hamburguesas a otro lado, o de plano, ir a comer otra cosa, es su culpa, luego no se quejen cuando nos vean adentro de otra cadena de hamburguesas.

Y tengan cuidado, porque con un poco menos de esfuerzo, consiguen que hasta Ronald McDonald vaya y se siente enfrente de un Carl’s Jr.!

Calificación (del 1 al 10): 3