Foto NBA.com
Estuvieron listos los Wizards. Sabían lo que tenían entre manos. Los traspasos de Jamison y Haywood a cambio de relativamente poco llamaron la atención del "gran público". En su día se habló de regalo, de falta de visión y de nula coherencia deportiva. Pues vaya, lo que pocos podían esperar era que en el fondo de armario de Flip "Cortefiel" Saunders en los Wizards explotara de la manera que lo ha hecho: en silencio y con talento.
Me acuerdo de un artículo de Mr. Naismooth, en el que narraba que se "había enamorado" de un jugador (con todas las comillas posibles, claro). Se trataba de Mirza Begic y sus 2.20 de velocidad, talento y coordinación. Lógico. Especímenes de esas condiciones no se ven todos los días. Manifiesto, pues, que a mí me ha pasado lo mismo con Andray Blatche, alapívot de los Wizards. Un 2.11 que juega como un alero, que rebotea como un pívot, y que demuestra un abanico de posibilidades en ataque muy por encima de lo que decían sus números hasta ahora. Sus movimientos de pies evolucionan día a día, mucho mejores que los del ínclito pívot disfrazado de superhéroe de comic. Hasta el punto en que creo que en Washington piensan que "menos mal que han conseguido traspasar a Jamison". No, no son el mismo perfil de jugador, ya lo sé, y que a Blatche le faltará la cocción típica de un tipo de 23 años. Pero joder, ¡menos mal que le están dando minutos!
A los hechos me remito:
No acapara portadas, no pone caruzas cuando anota, y por su bien, no me suena que sea un acérrimo de las armas. A tocar madera se ha dicho.