Ambientada en los años 50-60 americanos, en la neoyorquina agencia de publicidad Sterling Cooper, resulta habitual encontrar a los personajes envueltos en una nube de humo procedente del cigarrillo que tienen en una mano y con un whiskey on the rocks en la otra, mientras buscan su próxima gran idea. A pesar de que la publicidad es un campo muy exigente, encuentran tiempo para leer y no precisamente literatura ligera. Ese es un adjetivo que se lo dejamos para algunas de las féminas con las que se cruza y echa una canita al aire Don Draper, un macho alfa en toda regla y al que le perdonamos cualquier desliz e infidelidad porque él lo vale.
Estos hombres (y mujeres) tan poco cuerdos recomiendan:
El grupo de Mary McCarthy. O lo que es lo mismo, el Sexo en Nueva York de los 50 y el libro en el que se inspiró Candance Bunshell.
El amante de Lady Chatterley de D. H. Lawrence causó un gran revuelo entre el secretariado de Sterling Cooper (y más de medio mundo).
Lo mejor de la vida de Rona Jaffe. El NY Post dijo "Cualquier hombre que lea estas páginas de ahora en adelante se preocupará de saber qué hace su secretaria en el despacho... y con quien". Yo lo corroboro.
El valle de las muñecas de Jaqueline Susann. Sexo, drogas y el lado oscuro del mundo del especátulo.
La tercera muchacha de Agatha Christie. Una chica, un asunto de vida o muerte y Hércules Poirot.
El ruido y la furia de William Faulkner. La trágica historia familiar de los Compson escrita por el gigante Faulkner.
La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon. Clásico, para algunos. Basura hipster para otros. Todos coincidirán en que cuanto menos es original.
Regreso a Babilonia de F. S. Fitzgerald. Francis. Scott. Fitzgerald. No digo más.
¿Estáis tan emocionados como yo por la vuelta de Draper y el resto de la panda de Sterling Cooper?