Estuve con Eduardo Galeano en la Feria del Libro de Madrid. Su cercanía siempre reconcilia con la obligación de hacer las cosas bien hechas. Su voz queda me recuerda que siempre hay que estar donde está la gente que no tiene miedo, con la gente que, para compensar la ferocidad de los hacedores de daño, tiene mucho sentipensamiento. Anduvo Eduardo Galeano por Madrid y volvió a convocarnos a la risa, el coraje y el compromiso y nos dijo que no aflojemos, que está mirándonos desde el país de la memoria y que nos tiene muchos recados pendientes.
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