En el mismo artículo que comparte se nos anima a lo siguiente:
"Te sugiero que te sientes hoy a escribir qué deseas liberar para siempre (ideas, emociones, situaciones, sexualidad, relaciones tóxicas) para abrazar lo mejor de ti mismo. Sé abundante y auténtico en tus creaciones (con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo). Créelo para poder crearlo".
Tras su lectura, he escrito mis palabras de liberación que comparto aquí con vosotros:
Me libero de complacer a todos, de querer salvar, de controlar. Me libero de la idea que a veces aún pervive en mí de que alguien me puede dañar; me libero de sufrir, de disculparme, de justificarme. Siento mi fuerza y la empleo en lo que preciso para mi felicidad; lo demás viene por añadidura, porque sólo sintiendo el amor que soy puedo amar a todo y a todos. Me libero de mis aprensiones, de los miedos que me hacen creer que no soy capaz de tantas cosas como mi ser esencial me quiere recordar y no le permito. Me libero de creerme más que nadie ni tampoco menos. Me libero de esa parte de mí que aún no se siente completa, porque SÉ que en mi interior tengo el infinito e inconmensurable poder que me permite despojarme serenamente de todo aquello que no debe estar en el camino de la paz y del amor.