Revista Diario

Me llamo Teresa y mi hermano sufre esquizofrenia.

Por Blogsmtenerife
En un periódico valenciano publicaban esta carta de una familiar de una persona afectada de esquizofrenia en la que relataba las grandes dificultades que tenía su hemano, y en general la familia, para luchar contra  los efectos de su enfermedad. Me llamo Teresa. Mi hermano sufre esquizofrenia. Es unode los 10.000 enfermos que hay en Valencia. Él no nació así. Estudióhasta Segundo de Derecho. Su ilusión era terminar la carrera, tener unanovia, casarse... Pero de pronto, un día apareció la enfermedad maldita.Tenía 22 años cuando su vida se paralizó. Ahora tiene 43. Sólo recuerdacosas del pasado, de lo que fue y de lo que vivió cuando tenía salud.Se ha pasado dos décadas yendo al psiquiatra de zona cada mes 10minutos. En ese tiempo le recetaban medicación, pero nada más. Así seha tirado 20 años, como si fuera un jubilado. Fumando, paseando,deambulando, volviendo a casa, jugando al solitario con la baraja,fumando, paseando, deambulando... Y así una y otra vez. Me llamo Teresa y mi hermano sufre esquizofrenia.En octubre de 2008 ingresó en un hospital de la AgenciaValenciana de Salud. No quería. Tres meses antes ya estuvo en uncentro. Lo ideal hubiera sido disponer de recursos intermedios donde iry que le hicieran un seguimiento, pero no existen. Actualmente estáotra vez en casa, donde la situación es penosa. Mi madre tiene 72 añosy Alzheimer y mi padre, 74. Cada vez que voy allí me marcho deprimida.Él cree que voy contra él, que quiero boicotear su vida. Se lo imaginay actúa a la defensiva. Mis padres son los recursos que la Administración nopone, cuidadores sin formación, pero con una gran capacidad de amar aun hijo que desvaría y les acusa de cosas que nunca hicieron. Lesinsulta o increpa hasta la desesperación, pero cuando pasan unas horasmi pobre hermano les pide disculpas. A veces le dice a mi madre que leentran ganas de tirarse por el balcón. ¿Imagináis lo que significa para una madre oir eso? El10% de los enfermos de esquizofrenia se suicidan. No me extraña. Meparece poco para el nivel de sufrimiento que padecen. Si yo estuvieraenferma y tuviera las mismas condiciones de atención socio-sanitariaseguramente también lo haría. Han pasado 600 años desde que el Padre Jofre se preocupóde acoger a personas con problemas mentales. Entonces se les tratabacomo supuestos endemoniados, abandonados a su suerte en una barca en elmar. Ahora todo sigue igual. Siguen abandonados en sus casas, en lascalles por donde deambulan sin techo. Nada ha cambiadoLos presupuestos que se destinan a Salud Mental novarían. Seguimos sin una red de recursos asistenciales para atender aestos enfermos en los tres aspectos fundamentales: medicina, atenciónpsicológica y social, como personas al fin y al cabo. El panorama que espera ahora a mis padres en los años desu vejez es terrible. Mi familia se quiere morir. Mi hermano se quieremorir. No podemos ver y sentir tanto sufrimiento... ----------------------------------------------------------Esta carta es el reflejo de la realidad en la que todavía hoy viven muchos (demasiados) afectados por un trastorno mental grave y sus familias. Actualmenteexisten equipos interdisciplinares que mediante un correcto abordajepueden conseguir que estas situaciones no sean tan dramáticas. Elafectado y su entorno no se deben encontrar sólos (abandonados) en medio de estacompleja travesía, para no acabar de la forma tan desesperada en la quese encuentra esta familia. Para ello es necesario que exista sensibilidad social y compromiso  político con estas personas, dicho con otras palabras, sensibilidad y compromiso presupuestario. En especial en estos tiempos de crisis económica es necesario no retroceder en políticas que han mejorado la calidad de vida de estas personas.
Nuevosenfoques terapéuticos, más integrales e integrados en la comunidad,mejores fármacos y una red más potente de recursos sanitarios,socio-sanitarios y sociales posibilitan que la recuperación de laspersonas con trastorno mental grave no sea una utopía. No demos pasos atrás en los lugares en los que hemos avanzado  algo en las últimas décadas y no dejemos de exigir que se avance en otras regiones/países donde no se ha establecido todavía una red de asistencia y apoyo a la Salud Mental.Mito: No hay esperanza para las personas afectadas por un trastorno mental grave.
Realidad:Hay más tratamientos, estrategias, y apoyo de la comunidad para lagente con problemas de salud mental que nunca antes, e incluso más sedivisan en el horizonte. Las personas con este tipo de dificultadespueden llevar vidas activas y productivas.Mito: Una vez la gente muestra enfermedades mentales, nunca se recupera.
Realidad:Estudios científicos muestran que la mayoría de gente con enfermedadesmentales mejora, y muchos se recuperan por completo. La recuperación serefiere al proceso por el cual la persona es capaz de vivir, trabajar,aprender, y participar íntegramente en su comunidad. Para algunaspersonas, la recuperación es la capacidad de vivir una vida realizadoray productiva. Para otros, la recuperación implica la reducción ocompleta desaparición de los síntomas. La ciencia muestra que teneresperanza juega un papel integral en la recuperación de la persona.César M. Estévez (Enfermero Especialista de Salud Mental)

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