Y nos exigimos sin darnos ninguna recompensa a cambio. Damos premios y regalos a nuestros hijos, a nuestras parejas, a nuestras familias, a nuestros amigos. Reconocemos su esfuerzo, su dedicación, pero somos incapaces de reconocer el trabajo que nosotras realizamos cada día.
Pero esta vez yo me voy a hacer un regalo. Un fin de semana de retiro, para mi, para hacer un taller dedicado a la introspección, a la meditación y a la búsqueda del amor. Suena muy zen, ¿verdad? ¡Lo es! Y me encanta. Esta mañana me he dado cuenta que el último regalo me lo hice hace un año y cuatro meses, con otro cursito. Llevo muchos meses buscando la oportunidad de dedicarme unos momentos a mi y solo a mi y por fin ha llegado el momento.
Este fin de semana desconectaré de todo y de todos para pensar solo en mi. ¿Egoista? No, en absoluto. Hay una máxima que toda persona y especialmente toda mujer ha de tener en cuenta: Para cuidar hay que cuidarse. Y eso precisamente pretendo hacer.
¿Y tú?, ¿cómo te cuidas?