Había un camino marcado, bueno, tampoco mucho, pero sí bastante y me desvié un poco de él. Pudiera ser cabezonería, o el gusto por ir a contracorriente o quizás unas pinceladas de ego o soberbia, pero el caso es ése. Se alejó. Lo mismo fue mala suerte. Quién sabe.
Siempre he sabido reconocer mis errores; me parece la manera más lógica para no volver a cometerlos, y desviarme de ese camino, lo es. Y ya no sólo por mí, si no también por la gente que está cerca y que se ve afectada y eso sí que no lo puedo permitir. Pero reconocerlo sólo es el primer paso, después está la voluntad y el empeño de querer volver a entrar; que espero y deseo que no se queden cortos.
Y ya está, se acabó, pongo fin a esta lamentable entrada que no debería si quiera guardarse.
"Aléjate de los caminos, Frodo"
Pues ya veremos Gandalf, ya veremos.