Amiga mía, no estás sola. En el mundo donde me muevo hay muchos hombres que subestiman mi trabajo y mis capacidades solo porque tengo dos peras en el pecho (me hubiese gustado escribir melones pero estaría mintiendo). Personas que cuestionan o retan las decisiones que tomo por el simple hecho que vienen de una mujer. Para esas personas el que me haya convertido en madre reduce mis capacidades a tal extremo que me hace inútil para el trabajo que realizo.
¡Lo sé! Parecería que tengo todo en contra: joven, mujer y madre. Pero no es así, esas tres características no me restan sino que me añaden. ;-)
Antes de seguir aclaro que no hablo de mis empleadores. Sería una anormal si lo hiciera. Sobre todo porque en los nueve años que llevo ahí, he crecido y me han dado la oportunidad y confianza de dirigir un departamento complicado y retante. Mis ideas son escuchadas y muchas -la mayoría- implementadas.
Hablo de esas personas con las que te tropiezas de vez en cuando que te miran por encima del hombro creyéndose superiores porque son hombres, tienen más años y más experiencia de vida.
Si los viejos siguen insistiendo en ver a los nuevos de esa manera tan ridícula, seguiremos en el limbo que estamos. Las mujeres, hombres, jóvenes y viejos contribuyen a la sociedad de diferentes maneras. Si todos nos uniéramos para trabajar juntos por nuestro País las cosas serían tan diferentes.
Nada, que ser discriminada por ser mujer y joven no me detiene. Yo sigo pa’lante. Los que discriminan son los que se están quedando atrás. De algo estoy segura, cuando sea vieja y las arrugas ya no me quepan en la cara, quiero ayudar y colaborar con la juventud. Quiero que ellos tengan todas las oportunidades que yo tuve y más. ¿Sabes por qué? Porque de ellos depende el futuro de mi País.
Podría escribir muchas cosas más pero al final del día sabemos que esas personas no merecen tanto. Jiji
*Este desahogo se lo dedico a dos hombres (viejos) que confiaron en mí y en mis capacidades. Gracias a Silverio Pérez por las oportunidades y a el fenecido Antonio Fernós por el conocimiento (y los regaños). Ambos son mis mentores desde polos muy distintos pero no tan distantes.
Silverio
Antonio