Me viene como anillo al dedo.

Publicado el 01 marzo 2014 por Giuli @SOMOS_LALECHE

Tenia que compartir con vosotrxs, aunque sea las 23:10h de la noche, ese texto que acabo de leer… es que me viene como anillo al dedo.

No sé vosotrxs, pero yo ya no contesto a las criticas de la gente de como estoy criando a mi hijo, de como narices he decidido no buscar trabajo (que sepáis que me han echado hace 2 meses de mi trabajo) y estar con mi bebé las 24h.

Me sentí tan identificada que me hubiese gustado haberlo escrito yo…

Buenas noches a todxs que me voy a mimir!

Nanit!

Giuli

“Cuando vemos a una mujer amamantar a demanda hasta los 2 años, dormir en la cama con su bebé, portearlo en lugar de llevarlo en el carrito, etc., saltan muchas alarmas: “O no, otra que cae, una súper mamá ideal, como quiere el sistema que sea”. “Pobrecita que ha perdido su libertad, que vive para su cría y no para sí misma”.

Muchas críticas feministas la ven como víctima del sistema, como una madre y no como una mujer que ha elegido libre y conscientemente su maternidad y en concreto un modo determinado de hacerlo, que además se aleja de las guías de los expertos patriarcales.

Pero, ¿alguien se ha parado en serio a preguntar, a hablar profundamente con ellas para saber para qué lo hacen, cómo se sienten, qué les lleva a dar la teta a demanda, por ejemplo? Sinceramente creo que no y me parece un error.

Se tiende a caer en la crítica y en la victimización de la mujer que ha decido ser madre. Es fundamental no confundir apego con sobreprotección, que sí implica que, especialmente mujeres, exageren su rol-mandato de madres y vivan por y para sus hijos e hijas, con un padre ausente

La experiencia muestra que una crianza con apego requiere la implicación no sólo de la madre, que normalmente es la que lo ha parido si no es adoptada sino del padre y/o de otras personas adultas que compartan la crianza, sus principios y modos de hacer.

Una madre sola puede intentar criar con apego, pero si el padre no hace lo mismo al 50%, no podemos hablar de crianza con apego en términos generales o exhaustivos. Eso sí, teniendo en cuenta las limitaciones biológicas de cada sexo. Es la mujer la que pare y es ella la que da de mamar, si así lo ha decidido, claro.

La crianza con apego implica aceptar la creencia previa, por parte de ambos/as progenitores/as si los hay, de que la niña/o desde que nace tiene unas necesidades primarias y específicas que han de ser cubiertas desde el más profundo respeto a las mismas. Que si, por ejemplo, llora teniendo 3 o 4 meses es porque necesita algo y no porque sea un ser manipulador por naturaleza.

Quienes optan por este estilo de crianza que creo que es al fin y al cabo un estilo de vida creen que la forma de criar influye profundamente en el desarrollo físico y emocional de la criatura, y lo hacen la mayoría de las veces siguiendo sus instintos no digo que haya un instinto maternal, ojo y con la finalidad última de criar criaturas seguras que se convertirán en personas adultas estables y sanas emocionalmente.

Es fundamental no confundirlo, entonces, con la sobreprotección, que sí implica que tanto mujeres como hombres, especialmente mujeres, exageren su rol-mandato de madres y vivan a través de los hijos/as, por y para ellos/as, tomando todas las decisiones por ellos/as, no dejándoles actuar ni aprender a su ritmo, considerar que no saben, que son inmaduros/as, diciéndoles a cada instante lo que deben hacer y lo que no, no dejándoles cometer sus propios errores y aprender de los mismos y con un padre la mayoría de las veces ausente.

La sobreprotección genera inseguridad y baja autoestima, mientras que criar desde el respeto a la individualidad, cubriendo las necesidades de afecto físico y emocional sin considerarlas triviales en ningún momento, está demostrado que contribuye a criar personas más estables y seguras de sí mismas, incluso con un pensamiento crítico más desarrollado respecto al mundo, con valores de empatía y respeto hacia sí mismas y hacia las demás personas.

Una aclaración: cubrir las necesidades físicas y emocionales de la criatura no significa malcriar, no es darle lo que quiere en cada momento. No es lo mismo querer que necesitar, si demanda afecto le daré afecto, si quiere chuches o hacer lo que le de la gana, o levantar las faldas a las niñas, por ejemplo, pondré los límites. Crianza natural no significa malcriar ni no poner límites. No implica crear una relación de apego dependiente sino todo lo contrario.”

vía Crianza con apego, por qué sí | pikara magazine.


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