Además de la tranquila vida del campo, recibirán numerosas visitas de varios tíos y tías de la familia, a cada cual más peculiar. Está el tío Luden a quien le llaman miles de mujeres a casa y luego sus maridos, el tío Gurton, el cual tiene una barba infinita literalmente, el tío Zeno y sus historias o la tía Samantha Bareffot, artista de country. En esta tierna novela se combina la realidad con la ficción, y uno acaba perdiendo la cuenta donde empieza la delgada línea de la imaginación.
Fred Chappel (1936),famoso poeta norteamericano, escribió esta historia basándose en su
propia infancia, ya que él mismo también vivió en una granja en Carolina del Norte con su familia.
La edición es de Libros Asteroide, y hay que decir que es muy buena. Por tanto, os insto a que leáis esta novela por que hay risas garantizadas.
“Todavía de pie en el estribo, volvió a lanzar con su voz entrecortada y grave su melódico grito de guerra, “Wahoo”. Luego se sentó frente al volante y miró a través del parabrisas la carretera de tierra llena de curvas como si fuera un disparo contra el infinito. Luego apretó el acelerador.”
-Mira, cariño- decía-, espero que me perdones, pero no logro acordarme. Mi memoria se ha vuelto más débil que un pedo de mariposa.