En pasteles, albóndigas, empanadas y empanadillas, en salsas... una carne picada de buena calidad nos ofrece muchísimas posibilidades en la cocina, tantas que con un poco de imaginación nunca nos cansaríamos de ella. La carne, de esta forma, gusta a todos, especialmente a los más pequeños que nunca dicen no a una hamburguesa o a unos filetes rusos.
Estos medallones tienen en su interior morcilla murciana de cebolla. Recuerdo que fue en Cartagena donde la probé por primera vez en mi vida y me pareció deliciosa. Me encanta su textura jugosa, la mezcla de sabores que tiene, los piñones y ese puntito picante que tanto me gusta. Reivindico su sencillez, tan propia de la gastronomía de la Región de Murcia así que, ya que habeis probado a usar la morcilla de Burgos en muchas recetas, puede que sea buena idea probar ésta.
Ingredientes:
- Carne picada (500gr de cerdo y 250 gr de ternera)
- 2 morcillas de cebolla
- 1 cabeza de ajos pequeña
- Perejil
- Pan
- 1 huevo
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
Elaboración:
Remojamos el pan en leche y lo dejamos escurrir en un colador.
Ponemos la carne en un bol , la salpimentamos y le añadimos una picada de ajos y bastante perejil, el huevo, dos puñados del pan escurrido y las morcillas (sin la tripa). Amasamos bien con las manos bien limpias y si es necesario, añadimos un poco de pan rallado procurando que no quede demasiado dura pues se compacta un poco después del reposo de media hora.
Formamos bolas de tamaño mediano (untándonos las manos con aceite es muy fácil) y las aplastamos para hacer los medallones.
Calentamos aceite en una sartén a temperatura media y los vamos friendo hasta que se doren, colocándolos sobre papel de cocina para que absorban el aceite.