A veces a uno le gustaría reprimir manifestaciones artísticas para no dar ideas a la gente. Pero mucho me temo que la implicada en este acontecimiento de la Plaza Pastrana, en el barrio del Carmel de Barcelona, es más que posible que ni siquiera haya oído hablar de la mítica Medea y su peripecia. Las dificultades de las parejas, incluso las que incluyen la violencia machista mal pueden explicar que esa violencia se vuelva contra niños inocentes.
En cualquier caso, lamentamos una vez más que, para los niños, no parece que la historia haya pasado y que poco hay de nuevo bajo el sol.
X. Allué (Editor)