El control de patologías como la diabetes o la hipertensión es fundamental para evitar el daño en órganos diana, como lo son los riñones. Para ello, según afirma el doctor Antonio Fernández-Pro, responsable del Grupo de Urología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), “los pacientes afectados por diabetes o hipertensión entran en un programa de control dirigido por su médico de familia en el cual se incluyen una serie de pruebas, que se llevan a cabo de forma periódica, para descubrir o descartar la existencia de complicaciones de estas patologías como puede ser una afección renal”.
Últimas investigaciones indican que la diabetes acompañada por hipertensión, entre otros factores como la herencia o la dieta, conducen a la enfermedad renal y por ello desde el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de Estados Unidos se recomienda que las personas diabéticas mantengan su presión arterial por debajo de 130/80.
Mediante pruebas periódicas se vigila y controla al paciente enfermo “con el fin de conocer la evolución que tienen sus órganos y saber si existe un deterioro en su funcionamiento por la acción directa de la enfermedad”, apunta el Dr. Fernández-Pro. Es necesario controlar la presión arterial, los niveles de diferentes receptores, los niveles de proteínas y controlar, por lo tanto, su dieta.
“Los pacientes jóvenes suelen tener menos factores de riesgo y por ello el pronóstico es mejor, pese a que en muchas ocasiones la enfermedad es más agresiva al evolucionar de forma más rápida que en comparación con pacientes de mayor edad”, afirma el responsable del Grupo de Urología de la SEMG.
Atendiendo a las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que auguran un aumento de los casos de personas con diabetes, el número de personas con insuficiencia renal también aumentará, siendo en estos casos el principal filtro para todos los pacientes el médico general y de familia que mediante el seguimiento continuo de los pacientes con diabetes puede detectar de forma precoz el inicio de una afección renal.
-Los riesgos del mal funcionamiento de los riñones
“Un mal funcionamiento de los riñones tiene consecuencias sobre todo nuestro organismo siendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares uno de los principales”, destaca el Dr. Fernández-Pro. Por lo que el control del médico general y de familia se da tanto en pacientes con enfermedades que pueden generar patologías renales como en los casos en que el paciente tiene una patología renal de base que puede provocar otras enfermedades.
La hipertensión es uno de los ejemplos que comenta el Dr. Fernández-Pro, considerando que “no sólo es una causa de la enfermedad renal, sino que también puede ser consecuencia: las anomalías en los riñones provocan un aumento de la presión arterial que se traduciría en una nueva patología”.
Desde la SEMG, se pone énfasis en la necesidad de controlar tanto a pacientes con factores de riesgo para desarrollar enfermedades renales como en los casos en que la patología renal puede desencadenar otras afecciones, el médico general y de familia es en estos casos el principal agente detector y de control.