Medioambiente VS Sociedad de consumo

Por Germán Portillo Fernández @AspectosMA

En este artículo me quiero centrar en un tema social de gran relevancia hoy día y en el que más de uno se sentirá identificado con ello. Es la sociedad de consumo que hemos creado y su lucha continua contra el medioambiente.

Todo lo que consumimos, pasa factura

Todo lo que hoy día se consume, se construye, se utiliza etc. Proviene de la naturaleza, los recursos naturales. Un ecosistema tiene unos determinados recursos para poder explotar y utilizar para nuestras actividades. Pero en la actualidad se explotan los recursos en tanta cantidad y con tanta frecuencia que conduce a su agotamiento y deterioro.Las grandes empresas y en general la economía se basa en un crecimiento económico basado en la producción y el consumo. Para ganar más dinero, hay que producir más y para poder producir más, lo que se produce se ha de consumir. En el siglo pasado, un ciudadano medio tenía un par de zapatos, uno para diario y otro para ocasiones más especiales. Hoy, no hay persona del primer mundo que sólo tenga dos pares de zapatos.Esto es un pequeño ejemplo para introducir el consumo irracional en el que estamos sumergidos. Los anuncios, las promociones, ofertas, slogans son estrategias comerciales para hacerte llegar a consumir algo que realmente no necesitas. Por ejemplo, una oferta en un abrigo te hace creer que vas a ahorrarte dinero al comprarlo, pero si ya tienes un abrigo, te ahorrarías más si no lo compraras, porque realmente, no te hace falta. Actualmente, producir en masa es barato, y los beneficios son altos, si hacen una oferta es para crearte la necesidad de tenerlo, porque igualmente el beneficio lo van a tener.Y os preguntaréis, ¿Qué tiene que ver todo esto con el medioambiente? Como he dicho anteriormente, todo proviene de los recursos naturales, y una sociedad de consumo hace explotar más dichos recursos hasta llevarlos a su deterioro y agotamiento. Si se consume menos, las grandes empresas se ven obligadas a producir menos porque el beneficio tiende a descender, y, por lo tanto, la capacidad del ecosistema de regenerar sus recursos (si es que son renovables) cumpliría mejor su función.Otra cuestión a tener en cuenta son los estereotipos sociales que actúan en detrimento a los sistemas naturales. Me refiero a aquellas “apariencias” que hacen que consumir sea admitido y esté bien visto. Hoy día parece que si uno no tiene un móvil de última generación, utiliza una ropa distinta cada día, estrena tenis cada mes y sale a comer fuera, es un tacaño, o un “rata” o es “pobretón”. Gastar agua a la hora de bañarse, preparar más comida de la que luego se come, dejarse las luces encendidas y no preocuparse por separar la basura en sus respectivos contenedores, son hábitos que hacen a uno por así decirlo como “mal visto socialmente”.
Ahorrar se ve más como fruto de tacañería o pobreza que como una preocupación y responsabilidad con el medio en el que vivimos.A más de uno le habrá ocurrido que cuando va a un supermercado a comprar uno o dos artículos, acaba comprando cosas que no tenía en mente, causa de la publicidad llamativa y nuestro apetito goloso consumista.
En conclusión, tenemos que aprender a vivir con menos lujos y utilizar menos recursos, sólo lo que nos hace falta, porque llegará un momento en el que si o si tendremos que amoldarnos a los recursos que nos queden. A este ritmo de explotación de recursos (y no lo digo yo) faltarán unos 30 años o menos para que lleguemos al límite.
Consejo: No consumas si no es necesario, aprovecha todo lo que tienes, dale usos e investiga sobre ello, reutiliza las cosas y si no puedes, recíclalas, no por consumir más eres mejor, no te hace falta consumir, olvida los estereotipos de la sociedad, si eres algo en esta vida, que seas especial.