Quinientos diez millones de Euros le ha costado al Real Madrid recuperar la tendencia ganadora de la Liga y aún así las ha pasado putas ante su rival, el FC Barcelona, con cuatrocientos sesenta y un millones de Euros, en una Liga que más bien podrían habérsela jugado a los chinos entre ellos.
Cifras indecentes de las que estamos hablando, máxime en los tiempos que corren, en las que se han batido records como llegar a los 100 puntos en la tabla clasificatoria, (nadie había conseguido tal hito nunca), y sacarle al tercero en la clasificación, nada más y nada menos que 39 puntos.
El dinero de las televisiones ha jugado un importante papel en esto, adulterando la competición, creando un espectáculo de manera inducida, donde al resto de los clubes no se les dan las oportunidades necesarias para poder optar en igualdad de condiciones.
No profundizaremos más en esto que todo el mundo sabe y hay otros aspectos que nos han llamado poderosamente la atención esta temporada que recientemente ha terminado.
Fuera de aquello que ocurre todas las temporadas y que incluso no puede ya tildarse como de fenómeno, y esto no es más que lo conocido como “equipo revelación”, que ha recaído este año en el Levante; se demuestra la máxima de la modalidad “Cash injection” de clubes como el Málaga. Un equipo de reciente creación, (1.992), que se mantiene artificialmente vivo y que llegado el momento es nutrido de capital, (capital que no es investigado por las autoridades suficientemente, dicho sea de paso), que posibilita la compra de jugadores importantes que llevan al equipo a cotas muy altas, como así se ha demostrado.
En este grupo encuadramos a otros equipos como el Villareal, inyectado igualmente de dinero por una firma de alimentación importante, o al menos lo parece, (no sabemos realmente cual es el cometido, pues estas empresas no es que sean hermanitas de la caridad precisamente), y que llegado el momento dejan de insuflar cash lo suficiente como para que poco a poco vuelvan por sus fueros, es decir, a divisiones inferiores, pues son equipos que apenas tienen la masa social necesaria o la tradición recurrente y son mantenidos ahí hasta que el tío de la pasta, (como el tío de la vara), decida que deja de hacerlo, averigüe usted por qué.
Otro grupo importante de equipos han sido los concursales, como por ejemplo el Betis, equipo que compró magníficos jugadores que después no pagó y que la ley les ha permitido encontrar un recoveco lo suficientemente importante, como para renegociar la deuda y pagar en cómodos plazos a largos años vista. De esta forma este club ha podido subir de categoría, e incluso cubrir su objetivo de ganarle al equipo grande de Andalucía esta temporada.
Otros clubes en esta situación concursal, no fueron lo suficientemente vivos y listos como para comprar jugadores de aceptable calidad, véase R. Racing y R. Zaragoza, donde el primero no ha conseguido salvar la categoría y el segundo hacerlo in extremis, siendo lo normal en equipos en esta situación.
Y tras todos ellos, los equipos que yo tildo como de “tontos”. Equipos que hacen sus deberes, pagan a sus proveedores, pagan sus jugadores a otros clubes, les pagan bien además -todo con medios propios- y que juegan en gran desventaja frente a los que roban el dinero de las televisiones; frente a los que son pagados por grandes magnates y/o empresas, o bien, frente a los morosos, que visto lo visto es muy rentable.
Saquen sus propias conclusiones.
¿Alguien piensa que con esto quiero justificar la temporada del Sevilla FC?
En absoluto, quien piense así no me conoce lo suficiente. El Sevilla FC ha hecho una temporada deleznable, la peor de la última década, cayendo en picado lenta pero inexorablemente. A poco más que hagamos la temporada que viene puede ser exitoso, porque romperíamos la tendencia negativa de los últimos tres años, algo que quedaba enmascarado por las clasificaciones europeas.
Hace varios meses que deseaba que la temporada terminase viendo la propuesta del equipo en el campo.
Ya dijimos que el Consejo de administración debe andarse muy listo y afinar mucho de cara a la temporada que viene, porque el siguiente paso podría desembocar en la lucha por no descender, visto lo visto esta temporada, en la que se comenzó con ilusión, ciertamente por parte de muchos, entre los que me encontraba.
Hablaremos y profundizaremos en las próximas semanas sobre todas estas cuestiones que hoy sintetizamos.
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