Un ordenador con Windows 8.1. Diréis. Si, pero viene con sorpresa. Lleva completamente blindado Windows 8.1.
Es absolutamente imposible desbloquear el Secure Boot del UEFI.
No hay forma de poner otro sistema operativo que no sea el Windows que trae, aunque suene ridículo en un ordenador por el que has dado tu dinero. Por curiosidad intenté instalar Windows 7 y tampoco se puede. Lleva el 8.1 completamente blindado. Preparaos para lo divertido que va a ser todo con Windows 10.
No hay nada que instalar ahí que no lleve la llave incrustada del Windows 8.1 que se le ha asignado.
Al activar el modo legacy en UEFI e intentar desabilitar Secure Boot, te da la opción de arrancar desde el CD, si. Pero tiene que ser con un CD con la llave del Windows 8.1 que te haya asignado el fabricante. De esta forma, aunque Ubuntu inicia el booteo tanto desde CD como desde USB, llega hasta el GRUB del CD/USB-live. Pero a la hora de empezar con la carga del sistema, obviamente Ubuntu no dispone de la llave asignada, sino de una genérica. Por lo tanto, UEFI rechaza la carga de todo lo demás.
Y no. No hay CD original de WIndows -¿quién lo va a necesitar? pensarán los señores de Medion-. Lo único que tienes es el sistema de recuperación en una partición del DD. Por lo que si muere el disco -o lo cambias- muere todo el ordenador. Algo idéntico a los últimos Mac.
Sin duda, esta es la peor opción que puede elegir un fabricante a la hora de configurar sus equipos = 0 libertad. A marcas así hay que banearlas del mercado. Medion capa tu libertad.