Meditar, estar satisfecho sin tener razón

Por Solelkartea @asociacionsol

“Qué bonito es saber que no hace falta tener razón; mala sangre tiene el que no le pide a la vida satisfacción” 

Satisfacción, Kiko Veneno.

Las personas, por lo general, buscamos la satisfacción en nuestra vida, en nuestros actos. La salud,  que yo entiendo salud como un equilibrio entre lo físico, psíquico-emocional y social (si me dejo otras esferas, recordadmelas por favor ), es para mi la consecución o un sinónimo de estar satisfecho. Para la mente, empero, poder alcanzar la satisfacción es la consecución de una serie inagotable de objetivos con los cuales se cree que se puede ser feliz o estar mejor. Esto puede ser totalmente válido, pero a menudo es también un generador de infelicidad y frustración porque los objetivos de la mente no se adecuan a las necesidades reales del individuo, produciendo una falta de salud en ese choque de fuerzas constante entre el “quienes somos” y “quienes creemos que somos”.

¿Meditar o no meditar? Partiendo de la base de que no podemos elegir prestar atención o dejar de hacerlo, dado que la facultad de la conciencia es la propia atención, cómo podemos mantenernos en la atención plena? Existe algun truco o receta para ello? El hábito hace al monje? Si intentar prestar la máxima atención a todo lo que hacemos ya supone un esfuerzo psilógico tremendo, dadas las circunstancias conscientes y no-conscietes que rodean nuestra existencia, intentar volcar esa atención hacia adentro en pos de obtener o vislumbrar  el vacio de pensamiento puede traducirse también en un acto volitivo de esfuerzo psicológico notable. Entonces, ¿sirve de algo? Ya lo decía Krishnamurti “Si la meditación es un problema, entonces déjenlo”. En los diferentes talleres de meditación que hemos organizado hemos podido comprobar como muchas personas buscaban respuestas o claves para poder obtener un estado meditativo como si de un acto volitivo se tratara. Obviamente, el no poder facilitar esa respuesta se tradujo en un desistimiento a la hora de repetir la asistencia a nuevos talleres. La mayoriá de esas personas también afirmaban no poder crear un hábito en su vida cotidiana para llevar la atención en una práctica interna. Es tal el poder del ego para intentar satisfacer sus demandas a base de identificarse y apoderarse de las acciones, que el mero hecho de pararse unos minutos puede resultar un acto insoportable que inunde a la persona de ansiedad. Pararse a sentir, una de las grandes dificultades de nuestros tiempos. Cuando la rutina se rompe, y hablo de cuando se rompe en pos de “no hacer”, lo más común es que afloren una serie de sentimentos a menudo olvidados. Esto puede resultar en una proyección de los mismos, buscando chivos expiatorios para librase del malestar, o pueden generar un colapso por no poder expresar los mismos. ¿Qué papel puede desempeñar la meditación, junto con otras herramientas de desarrollo personal? Hacerse consciente de los hábitos, de cómo se repiten de forma no consciente para que nuestra situación sea tal, dar rienda suelta a las emociones y poder integrarlas como algo natural que forma parte del ser humano o poder vivir la vida de manera más plena y consciente, sin las caprichosas interferencias del “Radio Patio” de la mente (con sus respectivos “personajes” que nos dicen como tenemos que vivir, compararnos, criticar, etc) son algunas de las respuestas que puede darnos el parar la “máquina”. Juntarse para meditar con otras personas es una excusa que puede generar hábito y facilitar la práctica compartiendo lo vivido, pero sin intentar buscar modelos o imagenes ya que, la meditación se dará si tiene que darse, no por capricho o voluntad

Os dejo con un video que tuve la oportunidad de hacerle a Kiko Veneno en el concierto 20 aniversario del album “Échate un cantecito” el pasado diciembre en Bilbao. El tema se titula “Satisfacción”:

Y tú ¿Prácticas la meditación en tu vida cotidiana? ¿Dejas que las cosas sucedan o te das cuenta de como la mente trata de intervenir en lo que sucede? Cuéntanos cómo lo haces.