Meet the Feebles: Los Muppets en ácido.

Publicado el 02 julio 2010 por Fantomas
“Meet the Feebles” (1989), es una comedia del director Peter Jackson, la cual está protagonizada por Donna Akersten, Stuart Devenie y Mark Hadlow.
Bletch la morza, es un productor ambicioso que busca abrirse paso en el mundo de la televisión. Lamentablemente cuenta con un equipo poco profesional el cual está conformado por una rana drogadicta, una rata mafiosa, un elefante maníaco-depresivo, y una hipopótama con aires de divismo, entre otros. Este es el convulsionado mundo de los Feebles, donde todo puede pasar.

Tras el inesperado éxito de la grotesca pero divertida “Bad Taste” (1987), a Peter Jackson se le abrieron las puertas de la industria cinematográfica mundial. Jackson, quien terminó convirtiéndose en director casi por casualidad, comenzaría a desarrollar algunas ideas para el que sería su próximo largometraje. Sin embargo, pese a la fama que había adquirido gracias a su ópera prima, no contaba con el dinero suficiente para filmar lo que algunos años después se transformaría en el clásico del gore, “Braindead” (1992). Mientras buscaba como financiar el proyecto, Jackson recibió una oferta de una productora japonesa que impresionada por su creatividad, le encargó una cinta pensada para la televisión. Dicho encargo se transformaría en “Meet the Feebles”, una cinta protagonizada por marionetas la cual eventualmente entusiasmaría a Jackson a tal punto, que junto a los guionistas Danny Mulheron, Stephen Sinclair y Fran Walsh, trabajaría para extender la historia original de 24 minutos de duración, a un poco más de hora y media.
Pese al entusiasmo del director, al aporte económico de la New Zeland Film Commission (quienes tras ver el film terminado, pidieron expresamente que su nombre no apareciera en los créditos) y al suyo propio, no le resultó fácil terminar la cinta. El presupuesto se le terminó a mitad de camino, por lo que tuvo que rodar algunas escenas por separado, extendiendo el periodo de filmación durante casi un año (de hecho, toda la secuencia que supuestamente transcurre en Vietnam, fue filmada bastante tiempo después bajo el título “The Frogs of War”). Según Jackson, esta cinta se le presentó como una oportunidad para realizar una “sátira del comportamiento humano”. “Imagina un escenario donde los Muppets se encuentren luego de haber terminado un show de televisión. ¿Qué pasaría si ellos fueran tras bambalinas y se comportaran como personas comunes y corrientes, fumaran, bebieran, y tuvieran sexo? A eso es lo que estamos apuntando”, declararía el director en una ocasión cuando le preguntaron qué fue lo que le terminó entusiasmando del proyecto. De este original concepto nacería la que probablemente es la cinta de marionetas más cáustica e irreverente de la historia.

La cinta abarca los preparativos que debe realizar un elenco de animales/marionetas antes de presentar un show llamado “The Fabulous Feebles Variety Hour”. Los mismos personajes que en la pantalla se muestran tan alegres y simpáticos, una vez apagadas las cámaras muestran su verdadera personalidad; drogadictos, desviados sexuales y asesinos son parte de la curiosa fauna de los Feebles. En un ambiente dominado por esta clase de personajes es prácticamente imposible que no existan conflictos entre los distintos integrantes del elenco. Mientras Sid el elefante, intenta por todos los medios evadir la demanda de paternidad impuesta por su antigua novia, una gallina llamada Sandy, Harry, un conejo adicto al sexo, últimamente se ha sentido bastante enfermo por lo que teme que ha contraído el Sida tras tener sexo sin protección durante años. Por otro lado, la rana Wynyard no sólo debe lidiar con los síntomas propios del síndrome de abstinencia, sino que también debe superar los traumáticos recuerdos relacionados con su experiencia en la Guerra de Vietnam. Además está el triangulo amoroso conformado por Bletch la morza, la gata Samantha y la hipopótama Heidi, quien es la estrella del espectáculo. Será este conflicto el que finalmente terminará desencadenado una tragedia de proporciones al interior del convulsionado elenco.
Como si todo esto no fuera lo suficientemente extraño y truculento, Jackson además incluye en la trama algunas escenas de sexo explícito (entre las cuales podemos ver a una vaca en plena sesión de sadomasoquismo), “gore de marionetas”, y un par de escenas realmente repulsivas, lo que resulta impresionante considerando que los protagonistas del film no son más que marionetas (y un par de personas disfrazadas). En relación a esto último, durante el transcurso del film es posible ver como una mosca encargada de realizar periodismo amarillista, en sus ratos libres se alimenta de los desechos que encuentra en el baño del teatro, o como el conejo Harry en la etapa más crítica de su enfermedad, vomita descontroladamente sobre el escenario. Los únicos personajes relativamente normales que participan en el show son Robert, un tímido puercoespín que se enamora perdidamente de una poodle llamada Lucille; y Arthur, un humilde gusano que oficia de director de escena, el cual ayudará a Robert a conquistar a su amada.

La película en sí no tiene una trama definida, sino que más bien está compuesta por las distintas situaciones que transcurren tras bambalinas antes del gran show. Los numerosos gags de grueso calibre están unidos mediante un par de números musicales compuestos por Jay Snowfield y Peter Dasent (quien se encargaría de las bandas sonoras de las siguientes dos películas de Jackson). Dentro de todos los temas que aparecen en el film, probablemente el que causa una impresión más duradera es “Sodomy”, el cual es cantado por Sebastian, un zorro homosexual con aires de divo. No sólo la letra de la canción resulta “llamativa”, sino que toda la puesta en escena es bastante peculiar, ya que incluye dos figuras que se asemejan a un par de penes erectos, los cuales cobran especial importancia en el clímax de la canción. Por otro lado, sorprende lo bien que Jackson supo solucionar algunas carencias propias del escaso presupuesto; las marionetas presentan una marcada expresividad facial, lo que sin duda colabora en gran medida a otorgarles una personalidad definida y dotarlos de vida. Junto con esto, el director mediante los movimientos de cámara ayuda a contrarrestar el relativo estatismo del que adolecen los muñecos.
La cinta tampoco posee un protagonista definido, lo que resulta más o menos lógico considerando las distintas subtramas que se fusionan para dar vida a esta verdadera fábula acerca de los peligros del estrellato. Jackson básicamente nos presenta un retrato de las vivencias y miserias de un grupo de artistas y productores ambiciosos, a través de un humor ácido, sin concesiones, el cual debido a su alto calibre y su contenido escatológico, está destinado a herir sensibilidades. Sin embargo, las mismas características que provocan que esta cinta sea condenada por cierto grupo de espectadores, han permitido que “Meet the Feebles” hoy sea reconocida como una cinta de culto con todas sus letras. El film presenta un ritmo narrativo más que adecuado pese a no contar con una historia bien definida, y lo que tal vez resulta más importante, es que pocas películas son capaces de mezclar drama, acción, humor y gore de manera tan original y llamativa. Independiente de que te guste o no, “Meet the Feebles” logra con creces dejar su marca en el espectador, ya sea porque logra entregar diversión a raudales, o debido a que una vez vista difícilmente podrás volver mirar a los Muppets con los mismos ojos.


por Fantomas.