- 1 k de mejillones frescos
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 1 guindilla o cayena (opcional)
- 75 ml de vino blanco
- 1 cucharadita de harina de trigo o de maíz (Maizena)
- 1 buen manojo de perejil fresco
- Aceite de oliva
- Una pizca de sal
Comenzamos lavando los mejillones para limpiar un poco su cáscara. Cómo vamos a utilizar el agua que resulte de la cocción es preferible que estén lo más limpio posible.
Pelamos la cebolla y la cortamos en daditos pequeños, en brunoise. Cuanto más pequeños sean los trozos mejor.Pelamos los dientes de ajo y los troceamos. En una cazuela ancha, calentamos un chorrito de aceite de oliva. Cuando el aceite esté listo añadimos la cebolla y los ajos y la guindilla.