Mejillones para cenar

Publicado el 15 noviembre 2024 por Librus

Mejillones para cenar, nos dijo Mesié de Condemore en arrebatado proceder cuando todos esperaban pausa lectora. Suena a título de pretensiones graciosas, como queriendo apelar a la simpatía del lector que hojea y ojea. Detrás del molusco literario encontramos lo esperado: ánimo de gracia. Por tratar de justificar tan endeble historia y peor narrativa uno busca el consuelo del problema de la traducción, pero después, no queda más remedio que descartarlo. Nadie puede traducir así de mal, por lo que el problema está en el origen, en la raíz (o los pelillos) de lo que se nos ha querido contar. Una cena a la espera, un padre que no llega, una niña repelente y una madre que no se sabe bien qué. Y repeticiones, y repeticiones, y más repeticiones. ¿Se habrá equivocado la escritora a la hora de mandar el manuscrito a la editorial? Quizá fuese un primer borrador. Incluso así le falta carbónico por todos los lados. Como dato positivo, es corto, muy corto, y de rapidísima lectura que no precisa pausa porque no hay nada que requiera atención, tan solo pasar la mirada por las letras.

Los mejillones, en este caso, mejor de tapa.

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Sir Charles Lomlarck: 4

Mesié de Condemore: 6

Duque de la Teruélida: 6

Lord Pascualín: 4,5