Mejillones tigre

Por Recetasalicia

Por aquí me tenéis otra vez, que vengo a dejaros unas recetillas de esas que se acumulan en borradores con la esperanza de encontrarse algún día publicadas en este blog.

Aprovecho para daros una vuelta que hace mucho que no sé de vuestra vida, y que si son cosas buenas para contarme me pondréis muy contenta.

De la mía os diré que sigue su bendita rutina y que no quiero que de momento me cambie, ya es mucho ¿no creéis?

La receta de hoy es bien conocida por todos y tal vez es una de las tapas más buenas que habéis comido. Lo cierto es que no la preparo con frecuencia, ésta en concreto la tengo escrita desde casi un año.

Se resume en hacer una bechamel a la que se le añaden como ingrediente principal mejillones que se han cocido previamente en vino de Jerez. Lo original de la tapa es que se rellenan las conchas con la bechamel. Después se pasan por harina, huevo y pan rallado y se fríen como las croquetas.

Cada maestrillo tiene su librillo para hacerlos, como ocurre con lo demás. Yo os dejo mi manera a ver si os gusta.

INGREDIENTES:

- Mejillones limpios, 400 g.

- Vino de Jerez, 50 ml.

- Laurel, 2 hojas.

- Puerro, 1 (parte blanca)

- Harina de repostería, 50 g.

- Leche entera, 200 ml.

- Pimienta blanca molida.

- Aceite de oliva 4 cdas.

- Mantequilla, 2 dados.

Para emborrizar:

- Harina.

- Huevo batido.

- Pan rallado.

- Aceite de oliva para freír (suficiente para que queden cubiertas las piezas).

ELABORACIÓN:

Cuece los mejillones limpios en el vino con las hojitas de laurel y una pizca de sal. Antes de cocerlos desecha los que estén en mal estado pues pueden arruinarte el plato. Tapa y deja infusionar veinte minutos. 

Retira los mejillones de sus valvas, reservando parte de éstas, y pica la carne del marisco. Cuela y guarda el caldo de la cocción.

Sofríe el puerro cortado menudo en el aceite y la mantequilla. Deja que dore un poco.

Añade la harina, rehoga un par de minutos. Incorpora la leche y el caldo de cocción. Salpimienta (cuidando de no poner mucha sal).

Cuece la masa quince minutos a fuego medio, añade los mejillones picaditos, removiendo sin parar hasta que se desprenda del fondo y las paredes de la sartén.

Vuelca en una bandeja y espera que temple. No dejes que se enfríe, ya que es mejor que no endurezca demasiado para poder adaptar la masa a las valvas con más facilidad.

Rellena las conchas. Pasa por harina, huevo batido y por último pan rallado.

Fríelos en cazuelita, más bien pequeña, para ahorrar aceite, siendo así quedarán al echarlos perfectamente cubiertos.

El aceite debe estar caliente, nunca humeando.

Fríe en tandas de cuatro cada vez, para que no descienda la temperatura del aceite que haría empapar los mejillones de grasa. Si pones más corres el riesgo de que se rompan. Si pones menos se arrebatarán. Se trata de mantener una temperatura constante. Es el consejo que me gusta recordaros cuando se trata de freír.

Cuando estén doraditos los pasas a un papel de cocina y los sirves enseguida.

Quedan espectaculares. No dejéis de probarlos.