Por una parte, se aseguraba de partida una considerable audiencia formada por fans de la matriz y por impostores, es decir, aquellos sujetos que ven series para sentirse socialmente aceptados. Éstos últimos debieron sentirse especialmente impresionados cuando un referente como El Dominical de El Periódico les ordenaba la adicción o cuando la mismísima Timofónica utilizaba al pobre Saul como reclamo para
Por otra parte, el segundo filo de la hoja, la nueva creación de Vince Gilligan tendría que cargar con una pesada mochila: las expectativas. Desde el minuto uno iba a ser observada con lupa, pues de los creadores de una obra maestra se espera otra ídem. Todos, especialistas seriéfilos y plebe, esperaban, imploraban un "Breaking Bad 2" ... y, finalmente, "Better Call Saul" ha resultado ser ... otra cosa. Sin un elenco de personajes con excesiva sustancia, sin una trama especialmente atractiva, sin giros de guión atómicos, con un sentido del ritmo que pone a prueba a los que, como yo, vamos faltos de sueño ... La primera temporada de "Better Call Saul" ha sido como un proceso de selección, de criba. Gilligan nos ha puesto a prueba. Parece que haya querido sacudirse las pulgas. De los 6,9 millones de espectadores en USA del primer episodio a los 2,5 millones del décimo y último episodio. Misión cumplida, sólo quedamos los buenos.