Muy interesante la reflexión de Maurizio Bettini el otro día en El País (sigo leyendo la prensa con varios días de retraso) a cuenta de los muchos dioses de la antigüedad, un poco en línea con lo que plantea Harari en Sapiens. Y este final:
"La consecuencia más importante, sin embargo, que la forma
politeísta de concebir lo divino ha tenido en la vida de los hombres es la
siguiente: la Antigüedad nunca experimentó un conflicto religioso. En otras
palabras, a pesar de que los griegos y los romanos pudieran ensangrentarse en
todo tipo de guerras y conflictos, nunca mataron o torturaron para afirmar la
supremacía o la verdad de sus dioses sobre los de los demás. Como se ha
producido, por el contrario, de forma sistemática y dolorosa a lo largo de los
siglos en las culturas monoteístas; y como todavía sigue sucediendo hoy, por
desgracia, con hombres que matan a otros hombres en nombre de su propio dios.
Esa es la lección más valiosa que podemos extraer de las religiones antiguas."
No se lo pierda.