El barrio de Harlem en Nueva York ha tenido que arrastrar durante muchos años el estigma de lugar peligroso, desestructurado y conflictivo.
Esa realidad, innegable hace algunos años, a día de hoy, dista mucho de ser cierta.
Y esto es gracias a iniciativas y a ciudadanos como los que hoy les traigo.
Su trabajo consiste en recoger, organizar, seleccionar y distribuir gratuitamente libros entre los niños del barrio. Y les anima a que sean ellos mismos los que elijan los que más les interesan.
Colabora desde niño, en los años 70, cuando "el área alrededor de la escuela era solo de edificios abandonados".
Las primeras distribuciones de libros se realizaban detrás de la escuela, en un solar donde solo había tierra. Y Ramón se dedicaba a recorrer las calles diciéndole a los demás niños que podían acudir a conseguir libros gratuitamente.
En palabras del propio Ramón González,
"Estamos mejorando la comunidad de Harlem. Los niños a los que regalamos libros nos dicen que quieren permanecer en la escuela y tener éxito".La distribución de los libros se realiza 4 veces al año desde la cafetería de la escuela. Cada niño puede elegir 2 ó 3 libros para llevarse a su casa.
• Raven Gadsden.
Estudiante de 7º grado.
El programa de libros gratuitos ha hecho de ella una ávida lectora.
- Leo cada vez que puedo, en el coche y por la noche antes de dormir.
- Leer me ayuda a mejorar mi vocabulario.
- Estoy esperando que lleguen las vacaciones de verano para tener más tiempo para leer.
- Aquí puedo conseguir libros que no conocía y que no podría conseguir de otra manera.
- Leer me ha ayudado a mejorar mis notas en la escuela.
El hecho de que sean los niños los que elijan sus propios libros les invita a querer leer más y a acceder a una mayor variedad de títulos.
Y esto me ha recordado a otra iniciativa de cambio social a través de la cultura:
Medellín, la más educada.
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Bibliografía:
• Manhattan Times. A life dedicated to literacy.
• Reading is Fundamental.
• St. Aloysius School.