Éste año, por diferentes circunstancias personales, ha sido complicado y reconfortante a la vez, pero hay canciones que han ido marcando el año paso a paso, unas me recuerdan momentos increíbles y otros no tan buenos. Pero de todas formas, casi todas por no decir todas, las palpé y entendí en la carretera, conduciendo mi coche, haciendo mi programa de radio o pinchando. Musicalmente el año ha sido muy prolífico, y ya por el verano habían salido a la luz grandes temas que me ponían la carne de gallina, aunque fue en el tramo final del año donde descubrí joyas bestiales que añadir a temazos que venían desde enero. Muchos al oírlos de nuevo, me evocan recuerdos muy gratos y otros no tanto, que son para siempre.
Éstos son mis cinco temas preferidos:
The Arcade Fire iban a actuar en el Festival Primavera Sound y decidieron sacar el adelanto en formato single, del que sería su nuevo disco en julio, Everything now, que daría también título al trabajo. El single es una escándalo, qué decepción me llevé luego con el disco que está a bastantes años luz de este temazo. Alegre, rezuma calidad, un piano muy presente, una melodía jovial que se te pega y la verdad es que suena de lujo. No ha entrado en mi lista de mejores discos, pero este tema sólo vale un potosí.
Os dejo con el vídeo de Everything now.
El nuevo álbum de Foo Fighters, Concrete and gold es un discazo, que además tiene singles rotundos y brutales, pero hay uno que no dejo de cantarlo desde que salió, es The sky is a neighborhood, con una estructura musical bastante curiosa, lento para luego subir, luego volver a bajar y vuelta a subir, curioso tobogán pero que con la fuerza actual de la banda, que es descomunal, Dave Grohl en estado de gracia vocal, como siempre, etc., suena a gloria.
Os dejo con el tema y vídeo.
Os dejo con el vídeo de How the West Was Won.