Éste año, por diferentes circunstancias personales, ha sido complicado y reconfortante a la vez, pero hay canciones que han ido marcando el año paso a paso, unas me recuerdan momentos increíbles y otros no tan buenos. Pero de todas formas, casi todas por no decir todas, las palpé y entendí en la carretera, conduciendo mi coche (sobre todo así), haciendo mi programa de radio o pinchando. Musicalmente el año ha sido muy prolífico, y ya por el verano habían salido a la luz grandes temas que me ponían la carne de gallina, aunque fue en el tramo final del año donde descubrí joyas bestiales que añadir a temazos que venían desde enero. Muchos al oírlos de nuevo, me evocan recuerdos muy gratos y otros no tanto, que son para siempre.
A veces cuando empiezo una pinchada en el Macondo que no hay casi nadie, me gusta poner esta canción, maravilla de tonada que también como no, me ha acompañado en muchos viajes al trabajo, de vacaciones o desplazamientos. Una joya Gonna be a darkness, que es un tema compuesto junto a Jakob Dylan, un rock con aires stonianos en su parte más blues, deliciosa tonada que va de menos a más. Incluida en Back Roads and Abandoned Motels.
Una canción que llegó ya en la parte final del año y que era el segundo adelanto del nuevo disco en solitario del líder de Wilco,el gran Jeff Tweedy, un estribillo de esos pegadizos que no paras de cantar en el coche, y que te cala tanto que se convierte en uno de tus temas de cabecera durante una temporada, inolvidable. Pieza incluida en Warm.
Ya era una gran noticia que 3/4 de la banda The Smashing Pumpkins se reuniera, pero mejor fue que sacaran un single como Solara, que acabó siendo la primer piedra de un nuevo y buen disco. Una canción que traía directamente a la banda que volvió tarumba allá por mediado de los 90, rock con guitarras sucias que corren y la voz del calvo Mr. Corgan salida de las cavernas, osea gloria. Incluida en Shiny and Oh so bright, Vol 1/LP: No Past. No Future. No Sun.