El hombrecito, que no para de mear, simboliza el buen humor de los ciudadanos de Bruselas, pero también la resistencia. En estas fiestas necesitamos despreocuparnos un poco de los problemas, y retomar fuerzas para resistir en 2014, que todavía hará falta.
Entre las leyendas del Hombrecito, la más conocida es la historia de un niño que salvó Bruselas de la ruina. El enemigo que sitiaba la ciudad quería hacer volar las gruesas murallas de la ciudad con pólvora. Pero por suerte había un hombrecito pequeño que sentía necesidades y apagaba la mecha meando encima.
En ocasiones y festividades especiales Manneken Pis mea cerveza o vino. Aquí brindaremos al Año Nuevo con “Agua de Bilbao”.
¡FELICES FIESTAS!