Este año es el año de las
películas reflexivas en torno a la tierra, la vida, la muerte y el miedo. De
alguna manera El Árbol de la Vida, Another Earth y Melancholia se convierten en
una involuntaria trilogía muy interesante. El polémico y persona non grata de
Cannes después de meter la pata hasta el fondo,
Lars Von Trier vuelve para no
dejar indiferente a nadie, como por otro lado viene siendo habitual.
Melancholia nos cuenta la
relación de dos hermanas, Justine y Claire y como pausadamente va evolucionando
ante la aparición de un planeta, el planeta Melancholia que amenaza con
colisionar con la tierra.
El gran mérito de Von Trier en
todas sus películas es ese efecto hipnótico que consigue en todas las películas
(como mínimo en todas las que he visto yo de él). Más allá de lo que te cuenta,
la manera de presentarte la historia, de hacer actuar a los personajes y de
hacer avanzar la historia resulta hipnótica e impide que puedas apartar la
vista de la pantalla.
El film está claramente dividido
en 2 partes. La primera centrada en el personaje de Justine quien celebra la
boda en la mansión de Clare y su rico marido. Y la segunda se centra en Claire
y su preocupación al ver que el planeta Melancholia se acerca. La decisión de
dividir la película en 2, rompe la fluidez de la narración. Cuesta unir las dos
partes, ya que la simple presencia del planeta no es suficiente.
Lo mejor de Von Trier lo
encontramos en la primera hora donde mediante un guión muy ágil y una boda de
por medio consigue representarnos ese teatro que es la vida, llena de
apariencias, hipocresías, comportamientos estúpidos y discusiones sin
importantes. Una parte que rebosa una extraña naturalidad y cercanía,
simplemente porque todos podríamos encontrarnos en una situación parecida. La
segunda parte, en cambio, se parece más a un intento de reflexión sobre lo
metafísico, la muerte y el miedo del ser humano. Digo intento, porque se queda
a medio camino. Toda la tensión y atención generada en la primera hora, se va
desinflando en la segunda, que se convierte en un relato mucho más convencional
que no está a la altura de Von Trier.
Aun así, si hay algo a lo que no
se pueden poner peros es en los aspectos técnicos. Von Trier vuelve a demostrar
que tiene mucho estilo dirigiendo ayudado por la fotografía de Manuel Alberto
Claro y la música inquietante y sugerente en todo momento de Mikkel Maltha.
Von Trier vuelve a rodearse de un
buen reparto femenino para protagonizar la película. Charlotte Gainsbourg
repite a las órdenes del danés, mientras que
Kirsten Dunst muestra ¿por primera
vez? sus tablas. La primera interpreta a Claire con oficio, la segunda
interpreta a Justine y nos regala una interpretación llena de fuerza, matices y
turbadora. Además también aparecen Kiefer Sutherland, Charlotte Rampling, Alexander Skarsgard, Stellan Skarsgard y
John Hurt entre otros.
Melancholia se queda a medio
camino, en parte por esa división que no tiene demasiado sentido, o yo no se lo
he encontrado. A Von Trier le sale mucho mejor la parte crítica que la
reflexiva a pesar de la bonita secuencia final.
Nota: 6/10