Bienvenidos a una nueva semana.... yo aún voy con un poquito de retraso, pero poco a poco iremos cogiendo velocidad de crucero. Hoy sigo con alguna de las recetas con higos que hemos hecho últimamente, para aprovechar a tope la temporada y que tengais muchas ideas.
La receta de hoy además es para el concurso #cocinaunasonrisa, por el aniversario del blog de mi querido Manu, Cocinando con Catman. ¡¡ Felicidades !!
Todo lo que sea arrancar una sonrisa y que nunca nos falte es poco, una iniciativa maravillosa.
No me resulta fácil contar muchas historias, pero este postre de hoy lo hice en la temporada de verano y por eso me ha parecido el ideal para recordar que lo he cocinado con una gran sonrisa. Me trae grandes recuerdos de este largo y cálido verano que hemos tenido pero además de todas las aventuras veraniegas que cada año recordamos en el pueblo.
Os parecerá mentira pero los higos que veis en la foto en realidad son robados... ya sé que suena a coña pero no quería yo decirlo muy alto porque tal como está el patio igual mañana viene alguien a detenerme a mi casa y tengo que pagar más multa que el mismísimo Bárcenas, pero chsssss prohibido hablar de política por aquí.
Pues bien, una de las costumbres que a veces tenemos en los pueblos es que si te encuentras algo así como medio solo en el campo pues puedes coger un poquito, vamos que no pasa nada, que quién más quién menos alguna vez lo ha hecho. Esto de los higos no es broma, lo que pasa es que justo al ladito de casa hay una higuera enorme (que no es mía claro) y que estaba tan repleta de higos que nadie recogía que me daba una pena tremenda. Los pájaros se han puesto como el kiko eso sí...Así que un dia ni corta ni perezosa allá que me fui a por unos cuantos y de ahí salió este platillo. Delincuente declarada y conocida jajaja.
Esto lo que me recuerda también son las historias adolescentes de cuando se iba por las noches a robar sandías a las fincas, que sí, que eso pasaba, sólo que entonces se hacía por gusto y las sandías desaparecían en un plis, al buche!.
En fin, no soy yo mucho de hacer reir, pero desde luego la sonrisa me la sacan estas cosas. Espero que a vosotros también, de momento es lo que tengo a mano.
Ingredientes:para 2 personas
- 1 melocoton
- 2 higos ( o más si se desea)
- Una tarrina de helado de vainilla
- 50 g de Nueces de macadamia
- Un chorro de miel.
- Canela
- Hierbaluisa
Elaboración:
Esta receta es sencillísima. El helado lo podéis hacer siguiendo otra receta de helado de vainilla que tengo aqui y dejarlo reservado en el congelador hasta su uso.
Puesto que es para dos personas cogemos un melocotón gordito y bien maduro, lo cortamos al medio y sacamos el hueso con cuidado de no romperlo. Hacemos lo mismo con los higos, los abrimos al medio y limpiamos.
Lo ponemos todo en una bandeja de horno y espolvoreamos con azúcar y con un chorro de miel.
Además, sobre los higos echamos un chorrito de brandy. Si es para niños evitamos este último paso.
Horneamos durante 15 minutos y sacamos los higos solamente a un plato.
Luego seguimos otros 15 minutos, hasta que el melocotón esté bien hecho.
Para emplatar simplemente los ponemos en un plato con el helado de vainilla en una bola por encima, cuando aún está caliente. Agregamos las nueces de macadamia picadas, canela espolvoreada y rematamos con unas hojas de hierbaluisa que acompañan solas con un olor increíbles.
Y listo para comer, es un bocado divino.