¿Te imaginas poder visitar un Museo del Siglo XXI que estamos viviendo? Jorge Carrión lo imagina con Membrana y nos hace un recorrido por la exposición permanente de un Museo del siglo XXI cuyos materiales se remontan a los orígenes de nuestro mundo y alcanzan hasta el año 2100. Bueno, Jorge Carrión en concreto no del todo, lo hacen en realidad las conciencias algorítmicas, una inteligencia artificial o varias voces de una inteligencia artificial que nos cuentan como han llegado ellas mismas a ser y existir en este mundo.
Membrana es una interpretación, de las miles posibles, sobre nuestro futuro. Una posibilidad cabe decir poco agraciada, que recorre esta centuria a través de objetos domésticos, una inmensa cantidad de datos, pinturas, cine y acontecimientos importantes o más pequeños. Con el formato propio de una guía museística, donde cada breve texto se encabeza con el esquema grafico de la distribución de los paneles en la exhibición, Carrión va hilando y desgranando su Membrana para dar una mirada exhaustiva de la naturaleza humana en su transcurso histórico.
La relación ancestral de la humanidad con la tecnología cobra aquí un especial interés. Quizá por las narradoras, o quizá porque el dominio tecnológico sea algo que día a día nos está invadiendo. Este original recurso narrativo, que va tejiendo una especie de cronología del siglo XXI, nos reescribe constantemente a su modo, como hace Black Mirror o Upload. Las 14 secciones que se corresponden con las salas del museo, repletas de referencias culturales, filosóficas, históricas y tecnológicas suponen todo un juego y reto para el lector.
El protagonista de Membrana, al fin y al cabo, somos nosotros. Como cuando uno visita un museo, nosotros mismos, los lectores, decidimos el orden y donde queremos poner toda nuestra atención. Membrana es un vistazo a lo que fue y a lo que será. Sin embargo, no todo son pequeños ensayos tecnológicos ni elucubraciones de un futuro por venir. Por el medio de Membrana brota una historia, entregada en fascículos, que nunca pierden de vista el sentido de vista narrativo si eres capaz de seguirlo.
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