28/08/2013 |
PADRES E HIJOS DE AMBOS BANDOS REFLEXIONARON SOBRE EL GOLPE MILITAR
Diferentes autoridades del gobierno militar y la oposición de la época, hoy en compañía de sus hijos, conversaron en un panel que debatió distintas aristas del hito más importante de nuestra historia reciente.
Miércoles 28 de agosto de 2013 | por Carlos Salazar
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Una cita intergeneracional que reunió en el auditorio de TVN al ex canciller José Miguel Insulza y su hijo Javier Insulza, al ex ministro de Pinochet Rolf Luders y su hija Marily Luders, a Margarita Marchi, ex militante del MIR y su hija Macarena Aguiló además de Javier Etcheverry ex director del Banco del Estado y a Felipe Kast para debatir sobre los 40 años del Golpe Militar.
El resultado fueron cuatro ventanas para mirar desde distintas esquinas un hecho que originó 2 países.
JOSE MIGUEL INSULZA Y SU HIJO JAVIER: VOY Y VUELVO
“Vuelvo en 15 días más”, le dijo el ex canciller y actual secretario general de la OEA a su padre cuando salió de Chile un 28 de agosto de 1973 para realizar labores diplomáticas. Le prometió traerle una botella de whisky para celebrar su santo, pero sólo pudo regresar al país 7 años después, pocos días antes de que su padre muriese.
“En ese entonces se respiraban aires de golpe”, recordó. Insulza fue despojado de su nacionalidad y su nombre se inscribió en la lista de los exiliados. “Esa vez cuando regresé encontré al país muy diferente. Recuerdo que me encontré con una revista Topaze en la que por primera vez vi una caricatura de Augusto Pinochet bonachón, una cosa muy positiva. Creo que esos años fueron el período más bajo de la oposición, aún no comenzaban las grandes manifestaciones”, dijo.
Su hijo Javier Insulza nació en Roma y asegura que su vínculo con Chile se daba a través de conversaciones familiares y un interés en la participación política que sin embargo no era mayor que sus lazos con países como Roma o México donde creció.
“La figura de Pinochet entró en mi vida paulatinamente. Tengo algunas lagunas porque yo era muy chico por entonces, pero recuerdo mi primera visita a Chile cuando fuimos al funeral de mi abuelo. Yo tenía 3 años”, asegura.
4 décadas después de instaurada la dictadura chilena, el hijo del “panzer” no se cuestiona más allá de lo que la historia conocida le permite. “No se qué pudo haber pasado de no haber tenido que nacer en otro país, si no hubiese existido el Golpe de Estado. Es difícil de imaginar. También pude haber sido el hijo de cualquier otra persona o incluso de un partidario de Pinochet, no lo sé. Sólo se que hoy soy feliz de ser quien soy”, asegura.
ROLF LUDERS Y SU HIJA MARILY: LOS DESCARGOS DE UN CHICAGO BOY
“No me gusta para nada la expresión de “modelo económico“. Esto es una abstracción, prefiero hablar de un sistema social de mercado”, dice de entrada sobre el paquete de medidas de Hacienda que devaluaron el dólar y fue la columna vertebral del supuesto despegue económico de Chile desde la dictadura.
“Siempre hubo un acuerdo para implementar el ‘Ladrillo’, pero se empezó a cuestionar durante los años de la crisis. Ahí la gente dijo que no servía, pero yo creo que se validó tanto a nivel del régimen militar como de los gobiernos de la Concertación que decidieron mantenerlo y perfeccionarlo dando unos frutos fantásticos“, dice el economista sobre las cifras actuales del Producto Interno Bruto y las de entonces, comparadas con las anteriores a las del gobierno militar. Consultado sobre el clima de protestas de la época, Luders atribuye el descontento a la crisis internacional y el bajo nivel de empleo. “Esas reaccones siempre iban a ser negativas”, cree.
Su hija Marily Luders, actual directora del Instituto Libertad y Desarrollo, repasó las conversaciones familiares en las que la economía siempre estuvo presente. “Aunque yo tenía 10 años, no tenía la conciencia ni los fundamentos claros; pero cuando llegaron los cuestionamientos yo ya tenía los conocimientos necesarios y luego vinieron los convencimientos como cuando me tocó vivir 2 años en Rusia y asistir al fin del sistema político”, contó.
Respecto al Chile post golpe, Marily describe al país como víctima de una especie de ansiedad: “Tenemos muchos temas sociales pendientes, pero siempre los vamos a tener. No he encontrado a nadie que me pueda decir que hay un mejor sistema para superar esas diferencias”, asegura.
MARGARITA MARCHI Y MACARENA AGUILÓ: LA FAMILIA SOCIAL
“Viví los costos de ser militante del MIR, mi hija fue secuestrada, viví en la clandestinidad durante mucho tiempo pero no me arrepiento. No digo que fuimos víctimas, pero Estas vivencias nos hicieron parte de lo que somos hoy”, dice Margarita 40 años después.
Sobre su regreso a ese nuevo Chile traumado posterior al plebiscito, Margarita dice que le habría gustado reencontrarse con un chileno que fuera el reflejo del exitismo de las cifras económicas mencionadas por Luders.
Por su parte, Macarena recuerda su paso por Francia, Cuba y Uruguay en el exilio como una experiencia enriquecedora. “Hubo grandes vínculos con nuestros padres sociales y los hermanos que en realidad no eran mis hermanos”, dice sobre la vivencia de éstas familias satélites.
Respecto a la forma en que integró la historia política chilena a su vida asegura que nunca tuvo que preguntarle a sus padres qué sucedió. “Yo fui secuestrada a los 3 años durante 21 días y eso no es comparable a ninguna conversación sobre el estado de las cosas”, cree.
Tal como a su madre, Macarena cuenta que le costó reencontrarse con Chile y sus ciudadanos. “Era muy triste la forma en que se había perdido la capacidad de generar vínculos. Me costó muchos años relacionarme con gente de mi edad, aunque venía entrando a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, había una gran incapacidad para hablar del otro o sentirse amigo de alguien”, contó.
JAVIER ETCHEBERRY Y FELIPE KAST: LOS TUYOS LOS MIOS Y LOS NUESTROS
Al respecto, Etcheberry comentó que votó por Radomiro Tomic en su momento y se dio cuenta que en un Gobierno de Allende “las cosas no se veían bien”. Luego del Golpe Militar, reconoce que no podía dedicarse a las matemáticas al darse cuenta de las atrocidades cometidas por los militares y la venia de parte del mundo civil. “Vi cosas atroces, impactantes. Mi familia creía que eran costos necesarios, pero para mi era algo atroz“. Fue el plebiscito lo que para él, cambió a Chile y le permitió, incluso, comenzar una relación con Cecilia Katz.
Felipe Kast califica como un escenario feliz la llegada de Etcheberry a su familia: “El era extraordinariamente cuadrado, muy objetivo y matemático en sus opiniones y forma de ver el mundo en un país completamente polarizado y donde todo era blanco o negro”, rememora.
Como consejo para las generaciones nuevas, Kast agrega que una buena fórmula es “ser menos disciplinados, no creer en el todo o nada. Yo aplaudo a ministros de Allende que trabajaron con Ricardo Lagos, porque la gente que cambia representa algo sano”, dijo en la cita.
“Chile ha tenido una historia trágica y a los más jóvenes les cuesta menos tratar estos temas. Lo que sí decepciona a los jóvenes es cuando algunos políticos ocupan la tragedia ocurrida para sacar beneficios políticos. Ahí se le falta el respeto también a las nuevas generaciones. Y en momentos en que es muy bienvenido pedir perdón como lo hizo el Hernán Larraín, es inaceptable que otros utilicen esto”, agregó.