Memoria y medios de comunicación : Observatorio de Medios FUCATEL

Publicado el 14 agosto 2013 por Adriana Goni Godoy @antropomemoria

Memoria y medios de comunicación

12 de agosto de 2013 ·

Los medios de comunicación, y en particular las imágenes de la televisión,  impregnan el espacio público de tal manera que pasan a tener un rol clave en la construcción del recuerdo colectivo y transmisión de la memoria histórica. A 40 años del Golpe de Estado, como Observatorio de Medios estamos atentos al espacio que tendrá en pantalla y en radio la conmemoración de esta fecha. Hemos seguido una serie de anuncios de programación especial en algunos canales de TV abierta, y esperamos que a estos se sumen todos los canales, cable, radio y prensa escrita.

Compartimos a continuación la columna PORFIADA MEMORIA de  Marcia Scantlebury, miembro del directorio de TVN, quien amablemente quiso compartir una reflexión en torno a esta sensible fecha para nuestro país.

Porfiada Memoria

Marcia Scantlebury, 12 de agosto 2013

“La vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda para contarlo” escribió hace unos años el escritor colombiano, Gabriel García Márquez. Y no cabe duda de que los pueblos construyen su memoria con lo que se cuentan de sí mismos.

Y ello explica que una de las políticas fundamentales de la dictadura haya sido el borramiento: eliminar todo vestigio de lo que los chilenos habíamos sido y de lo que el país había vivido durante el gobierno de la Unidad Popular.

Este proceso de negación se inició con el bombardeo de La Moneda y, luego, cuando al reconstruir el edificio,  se eliminó la entrada al Palacio de Gobierno por la calle Morandé. Si no existía puerta, nadie podía haber salido por ella y, por lo tanto, los que atravesaron ese umbral detenidos o muertos nunca existieron.

A esta política sistemática respondió también el cambio de dirección del centro de torturas ubicado en la calle Londres 38: sustituyendo este número por el 40, se hacía desaparecer el escenario de tormentos y muerte. Y, más demencial aún, en el caso de los detenidos desaparecidos: al ocultar el cuerpo, no existía constancia del crimen.

La otra cara de la moneda ha sido la obstinación de las agrupaciones de derechos humanos, familiares de los detenidos desaparecidos  y sobrevivientes de los centros de detención que, al poco tiempo del golpe de Estado, emprendieron una obstinada resistencia frente al olvido construyendo memoriales hasta en los lugares más recónditos de Chile con el propósito de rescatar la memoria y la dignidad de las víctimas. Víctimas a las que  los agentes del Estado negaron su calidad de seres humanos y su identidad mediante la tortura, las ejecuciones sumarias y desapariciones.

Sabemos que el pasado vinculado a guerras o dictaduras desata polémicas entre las distintas miradas sobre la historia e, inevitablemente, la memoria se constituye en territorio de disputa cultural y política. De allí que haya quienes sostienen que la imposibilidad de establecer una mirada única, hace necesario dar vuelta la página en aras de una hipotética reconciliación. Sin embargo, y en esto se sustenta la construcción del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos dispuesta por la Presidenta Michelle Bachelet, no es posible dar la espalda a lo ocurrido. Porque, sólo conociendo y enfrentando la verdad será posible construir un futuro en que el tiempo oscuro de nuestra patria no se repita.

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