y debo andarla sin una mano amiga;
porque así lo he querido;
porque aún no he aprendido
a manejar recuerdos a mi antojo.
Y porque soy consciente
de que solo soy eso:
un hombre solo.La recepción daba a su fin, y vinieron las fotos de unos a otros, saludo al amigo Helios y algunos familiares, pues me siento extraño y extrañado, ante la presencia de los Quintanilla, y el dolor que media en otros lares por ese largo y cabal destierro que acabó con la vida del abuelo Floreal