Revista Bebidas y Cócteles

Memorias de la World Beer Cup 2010 por Leo Ferrari

Por Galapagos
El año pasado contamos con los excelente relatos de Leo Ferrari (Brewmaster de Antares) de lo sucedido en la World Beer Cup y las tendencias en el mercado cervecero. En esta oportunidad Leo volvió a asistir pero esta vez ya no como un cervecero más, sino que como juez, algo muy difícil de lograr en tan prestigioso evento. Sin dudas una experiencia única y aquí les traemos su relato en primera persona para que todos nos sintamos parte de este gran logro.
Memorias de la World Beer Cup 2010
Como se llega a ser juez de la World Beer Cup

Por Leo Ferrari
Memorias de la World Beer Cup 2010 por Leo FerrariMuchos me preguntan: cómo hiciste para ser juez de la copa del mundo de cervezas?. Cómo llegué a ser invitado a ser juez de la World Beer Cup (WBC) 2010 es una historia aparte; se necesita suerte, contactos, y un gran espíritu cervecero.
En 2006, cuando estábamos de vacaciones con Mariana y los chicos en Melbourne, Florida, hicimos lo que hacemos los cerveceros: fuimos a visitar las cervecerías locales.
La mayor de la ciudad es la Indian River Brewing Company, y mientras estábamos allá una tarde, charlando con el maestro cervecero, apareció un alemán llamado Andreas Möerl, brewmaster de la única cervecería de la isla Gran Caimán en el Caribe. De charlas y cervezas con Andreas, contó que recientemente había terminado de juzgar cervezas en la World Beer Cup 2006 en Seattle, que el evento era muy bueno, y que el director, Chris Swersey, le había dicho que estaban buscando más jueces extranjeros para hacer que la competencia sea más global.
Al volver, le mandé un mail a Chris con mis datos y referencias, y ahí quedó. Hasta que en 2008, recibo una invitación para juzgar cervezas en la WBC de 2008 en San Diego, la cual no pude aceptar porque coincidía con el final de la obra del local de Puerto Madero…..Y finalmente fui convidado a participar de nuevo éste año en Chicago. Creo que también influyó mucho el hecho que Antares sea miembro de la Brewers Association desde 2007, y que desde Argentina los homebrewers estén haciendo bastante ruido y buenas cervezas.
El Evento
Las estadísticas son impresionantes: fue el concurso de cerveza más grande de la historia:
o 3500 cervezas en 90 categorías.
o 44 países
o 180 jueces
o 65% de los jueces extranjeros (aunque de América Latina, sólo 4 brasileros y yo)
Comenzamos el lunes 5 de abril; éste día no juzgamos cervezas, pero nos reunimos para repasar juntos las reglas, las categorías, el comportamiento esperado, y evaluamos entre todos algunas de prueba como para “calibrar” los sentidos. Cuando salgo del salón donde nos reunimos, increíblemente me choqué (literalmente) con el gran Andreas Möerl, quien había sido el instigador de mi participación en la WBC!!!
Estaban como jueces la mayoría de los “gurús” cerveceros: Ray Daniels, Randy Mosher, Garret Oliver, Chris White, etc, etc. Charlie Papazian estaba ausente con aviso porque acababa de nacer su hija.
Un dato curioso es que éste año la categoría con más ejemplos compitiendo es “Wood and barrel aged strong beer”, cerveza fuerte añejada en madera. Ésta es la tendencia de hoy.
Las catas de cerveza se organizan así: cada categoría se divide en “tandas” de aproximadamente 20 cervezas para la primer ronda; en cada tanda se eligen 3, las cuales pasan a la final, donde se coronan medalla de oro, plata y bronce. Por ejemplo, si en la categoría Bohemian Pilsner se anotan 72 cervezas, se dividirá en 4 tandas de 18, de las cuales se elegirá un total de 12 (3 por tanda) para pasar a una tanda final donde se coronan los ganadores.
Las mesas se arman con 6 ó 7 jueces. Nos van trayendo las cervezas de la tanda en vasitos de policarbonato transparente con el código mientras vamos evaluando las cervezas; no vemos cuando las sirven ni vemos el color ni forma de la botella.
Algo que me gustó mucho, y que no se usa en otras competencias de cerveza, es que los jueces NO ponemos puntaje, ya que las vencedoras no se obtienen por suma de puntos. Una vez que finalizamos la cata, discutimos entre todos cuáles son las mejores. El jurado debe decidir por consenso cuáles son las que pasan a la siguiente ronda, o cuáles son las ganadoras cuando es una final. En mi opinión, éste método tiene la ventaja de reducir la posibilidad de fraude y de que un juez se equivoque por desconocimiento, y al mismo tiempo te obliga a discutir todas las cervezas con los demás, con que lo incentiva la transferencia de conocimiento entre jueces.
El martes 6 de abril empezamos las evaluaciones. A la mañana estuve en la mesa 14 junto a Anders Kissmeyer (Dinamarca), Mark Johnson (USA), Cornelius Locke (Alemania) y Luke (Nueva Zelanda); me falta uno que no recuerdo. Me gusta contar sobre ésta mesa porque describe bastante bien el escenario cervecero mundial.
Por un lado, Anders fue brewmaster de Carlsberg, una de las mayores cervecerías de Europa, durante 30 años hasta que fue despedido. Ahora viene montando la ola de cerveza artesanal en su país, y tiene su propia microbrewery. Junto a él podemos colocar a Cornelius, responsable de una pequeña cervecería en el pueblito alemán de Miltenberg, la cual fabrica exactamente el mismo producto hace 250 años. Y en el otro extremo estamos Luke y yo, pequeños empresarios de la cerveza moderna, llenos de ganas de innovar y de hacer cervezas que rompan el molde.
Cuando nos presentamos, me llenó de orgullo que Cornelius me mirase y dijera “Antares?... estuve en Mendoza hace 2 años visitando unos amigos que tienen un viñedo; fui a Antares y quedé muy impresionado con el local y tus cervezas”.
Volviendo a la mesa 14, empezamos con “International Lager”, una categoría donde se juntan todas las lager que no entran en las demás, o sea algo muy amplio. Nos gustó mucho una Helles (que no sabemos qué tenía de internacional) y una “Japanese Dark Lager”.
Después seguimos con “Coffee-flavored Beer”, acá vale todo con café; obviamente todas negras (Porter, Stout, Schwarz). Una joya la Imperial Stout No 0673. El café “sin hervir” perece quedar mucho mejor, deja el aroma a cuando abrís un paquete de granos sin moler.
Luego “Imperial IPA”, que también podrían denominarse “turbo IPA”, “extra hopped Barley Wine”, o algo similar; son IPAs con casi 10 grados de alcohol. Una delicia!!! Aquí comprobamos que, al contrario de lo que se dice por ahí, no es fácil hacerlas bien, aunque reconozco que para un paladar no entrenado son todas iguales.
En total casi 50 cervezas a la mañana. Un break para comer un pedazo de pollo, una ceasar salad, y a seguir!!!
A la tarde del martes me tocó la mesa 24. Arrancamos con “Sweet Stout”, un estilo poco familiar para nosotros porque no se consigue en Argentina; lo más cercano es Mackeson´s, que se consigue en USA y tomábamos con Tim en Tapp´s. Aquí algunas buenas, ninguna sobresaliente. Después seguimos con “Scotch Ale”, que ojo! Es diferente de la nuestra, es la Wee Heavy, como un Barley Wine con muy poco lúpulo. Acá hicimos una primera ronda y luego la final. Nos costó mucho elegir las medallas, tanto que cuando nos quedaban 6 tuvimos que pedir que nos sirvieran de nuevo porque no sabíamos cuál eliminar. Finalmente, le dimos oro a una Scotch Ale ahumada; increíble, porque en una mesa sin fans de lo ahumado ésta era sobresaliente.
Al final del día, luego de más de 80 cervezas, muchas de ellas alcohólicas, me dolía la cabeza.
El miércoles 7 de abril abrí el día en la mesa 23, juzgando la primera ronda de Vienna Lager, con algunas muy, muy buenas. Y luego fuimos a lo difícil, hacer primera ronda y final de Kölsch. Nuevamente, al igual que en Scotch, tuvimos que pedir refill para dar las medallas. Excelentes!
A la tarde me tocó, para cerrar la copa, el postre: primera ronda y final de Doppelbock/ Eisbock. Le dimos oro a una Eisbock muy alcohólica pero balanceada al mismo tiempo.
Así cerré mi participación en la World Beer Cup; más de 100 cervezas, un montón de amigos nuevos, y mucho aprendizaje sobre cómo juzgar cervezas. Qué aprendí? Que los jueces dan mucha importancia a la ausencia de defectos notorios en aroma y sabor, al balance y la tomabilidad, que no le prestan atención al color ni la espuma; en definitiva, lo primero que se busca es que la cerveza “esté rica”.
Todos los jueces son ad-honorem, la mayoría cerveceros aunque también hay algún escritor y periodista. La gente se lo toma en serio pero se divierte al mismo tiempo, van a elegir las mejores cervezas (ésta es la parte seria), pero también a hacer amigos, contar chistes, y pasarla bien en general.
Leo Ferrari
Brewmaster de Antares
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